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Núria Espert. Foto: Javier Naval.

Núria Espert
El mito

Año de estreno y reconocimientos para Núria Espert. Tras haber pasado el testigo de la Medea del Festival de Teatro de Mérida a la actriz Blanca Portillo, la Espert prepara su próximo proyecto entre entrega y entrega de premio. La que fue directora del Centro Dramático Nacional, actriz, escritora, productora y empresaria teatral, se ve como una mujer normal, ante todo. Los tres premios que recibe este año avalan lo contrario.

¿De qué prefieres hablarnos antes, de tu próximo estreno o de los premios que te dan este año? De La Violación de Lucrecia, mi próximo estreno. Es un poema de Shakespeare que integra grandes monólogos dramáticos, lo que lo convierte en una obra teatral. Es de una belleza extraordinaria, de una violencia extrema, muy hermosa. Shakespeare pone en ella todos los cimientos de sus grandes tragedias, analiza el interior de los personajes, tanto del violador como de la desdichada muchacha. Es modélico en su construcción, bellísimo y muy teatral.

Medea ha sido una de tus obras de referencia, ¿la entrega de la mujer al hombre es siempre así, con este punto de locura y desesperación de esos dos personajes mitológicos? Esperemos que no, que no sea así, pero no hace falta salirnos de nuestra crónica diaria para ver que el comportamiento masculino en muchísimos casos es un comportamiento de desprecio absoluto y de violencia hacia la mujer. Nuestras víctimas casi diarias de eso que se llama compañeros sentimentales -algo ridículo de decir, pero no sabemos cómo llamarles a esos asesinos-, son continuación del poema de Shakespeare.

Este año recibes la Medalla de Oro del Gran Teatro del Liceu de Barcelona, te han hecho Doctora Honoris Causa de la Universidad Menéndez Pelayo y has sido galardonada con el IV Premio de Teatro Valle Inclán. Si fueras hombre, ¿te hubieran premiado más?  No, no se puede premiar más, no creo que se pueda premiar más a ningún actor, no. Afortunadamente no he sido discriminada por mi sexo nunca, ni en la interpretación, ni en la dirección ni en la producción. Me dedico a una profesión, la de actriz, donde las mujeres desde hace muchísimos años cobran igual que los hombres, que cuando eran necesarias eran respetadas como los hombres. Es cierto que en una gran mayoría, los directores de escena son masculinos, los grandes directores de teatro de ópera son hombres, los directores de obras teatrales son hombres, pero a una actriz es difícil que la traten peor que a un actor.

Después de haber interpretado miles de veces a Lorca,te debes sentir muy cerca de él. Sí, le debo muchísimo. Piensa que no sólo lo he interpretado en varias obras sobre el escenario, que son Yerma, Doña Rosita la soltera y La Casa de Bernarda Alba. No sólo lo he recitado desde que era pequeña, que era el centro en los recitales con Rafael Alberti, sino que además, cuando empecé a dirigir lo hice con una obra suya. Me llamaron porque era una actriz que interpretaba a Lorca, pensaron que sería la más adecuada. De ahí parte una carrera de dirección que me honra muchísimo.

Has interpretado y dirigido a los grandes, Shakespeare, Oscar Wilde, O'Neill, Valle Inclán, Lorca, Chéjov. ¿A quién echas en falta en esta lista? A muchos, muchísimos. Ni si quiera en una carrera como la mía da tiempo de interpretar a todos los grandes genios del teatro universal. Los amo muchísimo, pero por ejemplo no he hecho ningún Ibsen, ningún Molière, ningún Goldoni, así que tengo muchos agujeros negros en mi carrera. He hecho muchas cosas, pero no se pueden hacer todas. Al menos yo no he sabido.

Tras dos biografías, ¿cómo te ve la gente? ¿se corresponde con la imagen que tienes de ti misma? No sé cómo me ve la gente. Me tratan con respeto cuando me paran, siempre suelen decirme cosas amables. Yo hago una vida de persona común, muy normal... Y soy una persona común y normal que se dedica a una profesión maravillosa con la que se transforma en otras personas, pero esas personas nunca o casi nunca tienen nada que ver conmigo. Serían muy pobres mis personajes si tuvieran que ver con mi vida, que es absolutamente común: una mujer casada y con hijos y una nieta maravillosa.

Texto: Ángela Santafé. Foto: Javier Naval.

La violación de Lucrecia. Teatro Español. Del 4 de noviembre al 19 de diciembre.

El mito