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Asier Etxeandía
El 4x4 de la escena

Texto: Paloma F. Fidalgo Foto: © Loukia Stathatou

Asier Etxeandía es uno de los talentos de la interpretación más indiscutibles de entre los que han aparecido en la última década y media en España. Este showman todoterreno entró por la puerta grande del telón con el musical Cabaret. Varios discos, películas y obras después, con un Max al mejor actor por La Avería y un carisma arrollador, hoy simultanea tres piezas en cartel, entre ellas el taquillazo El intérprete.

¿Nos felicitas el cumple? Más que felicitaros, os doy la enhorabuena, porque habéis conseguido  sacar adelante una de las mejores cabeceras de España, de referencia por su contenido y por su diseño. Y todo, siendo una publicación gratuita, lo cual supongo que dificulta aún más la tarea.

En estos años, tú has despuntado como actor, también en el género musical. Estoy en búsqueda. Me reconozco como actor, pero también siento la necesidad de hacer música. En definitiva, es ese ritual mágico de subir a un escenario lo que me realiza, sea cual sea el género que interprete. Los artistas picamos de muchos sitios, no me gusta definirme.

En el género musical, probablemente tu mayor hito fue ser maestro de ceremonias en Cabaret. Fue mi entrada en el teatro con ese fascinante personaje, enigmático, que te invita a su casa pero te esconde algo… Llevaba preparándomelo desde que era niño, inconscientemente, influido por mi madre, ¡le encantaba!

Y ahora, exitazo con El Intérprete. Ha sido un regalo imprevisto. He visto el teatro lleno casi todos los días. Y para mí el amor es un teatro lleno, así que hoy me siento valorado y querido, y me importa cada función. Además, el 20 de julio tengo preparado un broche de oro con un conciertazo en el Price, lo que será un sueño realizado. Estoy  muy excitado ante esa fecha.

¿Vive el musical un buen momento? Yo soy crítico con la oferta de musicales actual. Creo que, en general, los espectáculos que existen son demasiado amables. Lo cual está bien para quien le guste, pero yo creo que el teatro tiene que apretar las tuercas, tiene que ser más comprometido, agitar conciencias.

¿A ti te gusta provocar? Sí, pero porque el teatro es provocación por naturaleza. En sus inicios, ¡un hijo se enamoraba de su madre! Creo que la cultura vive un buen momento por la crisis, y es porque se nos presenta la posibilidad de demostrar lo imprescindible que es el arte, que nos puede cambiar la vida, y por eso yo me dedico a él. Sin embargo, ahora mismo la cultura es ocio, y no puede ser.

¿Y quién es responsable de eso? El miedo. En el caso del teatro, se puede poner en marcha un montaje sin un duro, pero al tiempo es caro mantenerlo en cartel. Y no se pone o se imitan fórmulas.

Ahora protagonizas Sagrado corazón 45 en La casa de la portera, una pequeña sala de las que ahora proliferan en Madrid. Sí, proliferan porque, pese a todo, la cultura es como las humedades de una casa, aparece sin que se pueda hacer nada por evitarlo. Llevaba tiempo queriendo hacer algo en La Casa de la Portera, me encanta el concepto, la cercanía que tiene el actor con el espectador, lo involucrado que está este segundo en la escena, y  hacen montajes de muchísima calidad.

Y debes de estar muerto, porque además de todo lo dicho, eres parte del elenco de La Chunga. Nunca he estado tan cansado. Pero me sirve para ver que el teatro es un oficio, que hay que ejercitarlo. A mis compañeros de La Chunga los quiero con locura y cada día aprendo de ellos. Siento especial debilidad por Jorge Calvo. Está haciendo historia y no lo sabe, está reeditando la movida madrileña congregando a lo mejor del ambiente cultural.

¿Cuál ha sido el mejor espectáculo que has visto en los últimos quince años? Incendies, de Wajdi Mouawad, que estuvo en el Teatro Español. Y hablando de españoles, todo lo que veo de Rulo Pardo me fascina.

¿Y en el extranjero? No viajo, no tengo tiempo… Ni siquiera he estado en Nueva York, con lo que me gustaría…

Vuelve Asier Etxeandía con El intérprete al Teatro Nuevo Apolo. Hasta el 19 de noviembre.