Un trabajo de interiorismo obra de la diseñadora israelí Ayala Serfaty, que desde que creara en 1993, con su marido Albi, su estudio y empresa de distribución Aqua Creations, ha apostado por introducir las profundidades marinas en los ambientes cotidianos del hombre. A medio camino entre la ficción científica, el modernismo de nuevo cuño y la vanguardia lisérgica, y con una vocación aparentemente mediterránea que ella niega, asegurando que océanos y mares son universales, su último gran proyecto realizado está en Valencia: una enorme lámpara para el restaurante de L’Oceanogràfic, edificado por el arquitecto Félix Candela y decorado por Francisco Vazquez.

¿Por qué la fauna submarina es tu constante fuente de inspiración? Creo que tuve la idea durante una visita submarina al Mar Rojo. Ocurrió al mismo tiempo que me quedé embarazada de mi primera hija. La sensación de estar en el mar se correspondía con lo que imaginaba cuando pensaba en ella, nadando en el líquido de la placenta. El mar es el sitio donde la vida comenzó, y yo lo veo como un microcosmos de todas las formas naturales.
¿Qué es lo más excitante de trabajar para edificios sumergidos? Cuando hicimos el primer restaurantes bajo el agua que se construyó en el mundo, el Red Sea Star de Israel, lo más excitante fue crear un espacio humano que estuviera directamente relacionado con el mar. El reto extra era que el agua actúa como un espejo y es difícil de manejar. No me gusta la luz directa que transmite un reflejo sin fin.
¿Por qué sólo utilizas los elementos más “arquitectónicos” de las formas submarinas, como el coral o las medusas? Porque el mar me interesa como entorno y estas estructuras son las que lo componen como tal. También estoy muy interesada en las formas que son a la vez texturas y estructuras, modelos que resultan óptimos para una reproducción tridimensional sin perder esencia.
Tienes una lámpara en la Casa Fuster. ¿Significa eso que tu trabajo es vinculable al modernismo, al trabajo de Gaudí? Sin duda mi trabajo está vinculado al art noveau, y es un enorme placer tener una pieza dentro de una de las creaciones de un arquitecto como Gaudí.
¿Crees que existe algo que podríamos definir como lenguaje o diseño mediterráneo, y que va desde España a Israel, por ambas costas? No veo jamás el diseño como algo local o grupal. Es un trabajo realizado por individuos en un mundo global. De ahí todas sus semejanzas y también sus diferencias.
De todos tus trabajos ¿Cuál es tu favorito a día de hoy? Me encanta lo último que he hecho para El Oceanogràfic. Está en un edificio perfecto y se adecua al espacio con total integración. Funciona como una experiencia total.
¿Dirías que tu trabajo tiene un alto componente ecológico? Tiene una aproximación emotiva. Creo diseños emocionales para promover la calidad emocional de la vida humana.
¿Por qué crees que una petrolera como Repsol también exhibe tu trabajo? Espero que por que les gusta. La verdad es que no tengo ni idea...
¿Te preocupa la condición actual de los mares y océanos del planeta? Sí, por supuesto. Pero soy los suficientemente mayor para saber que mi trabajo no va a mejorar la situación en absoluto.
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Txt: Guillermo Espinosa
Foto: Aqua Regia, 1997