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Jardines en los que pasar la vida
 
Por Victoria Bravo Suárez
 
Ahora que las altas temperaturas acechan, que el asfalto quema y que tenemos la mente en la playa o en cualquier lugar bajo una sombrilla..., es justo ahora cuando buscamos oasis en plena ciudad que nos acojan y refugien del calor, jardines rebosantes de vegetación donde además podamos reponer fuerzas dignamente. Os esperábamos con ganas. 
 
Cien Llaves. Casa América. En una esquina de la Plaza de Cibeles se encuentra el emblemático Palacio de Linares, cuyo jardín alberga el Crudo Bar, donde disfrutar de cócteles y pequeños bocados, y el restaurante Cien Llaves. Este último, situado junto a la fuente del palacio, abrió sus puertas en marzo del 2011. Su carta, adaptada ahora a la temporada estival, presenta una atractiva cocina diseñada por los chefs Gabriel Bonnín y Borja Díez. Además puede presumir de tener un listado de vinos con abundantes joyas. ¿Y el nombre?, desde la organización declaran que proviene del número de llaves con las que permaneció cerrado el palacio a lo largo de todo un siglo. 
 
El Jardín de Miguel ÁngelEste paraíso lo conforman nada más y nada menos que 1.000 m² de vegetación, tranquilidad y belleza; al que puedes acudir tanto a desayunar, tomarte un café o almorzar, como a disfrutar de alguna de sus propuestas culturales -exposiciones de arte y fotografía-. Si te decantas por la primera opción, informarte de que su carta es de inspiración puramente mediterránea, -popular es su Steak tartar y Atún de almadraba con papa al pomodoro-. Una buena idea que nos sugieren los encargados del Jardín, es desconectar deleitándote con las noches temáticas: jueves de burbujas o noches de catas a ciegas y menús especiales. 
 
Arzabal Reina Sofía. El grupo Arzábal, que cuenta con dos restaurantes en Madrid, posee también una maravillosa terraza ajardinada en el museo Reina Sofía que, aunque se inauguró en abril del año pasado, ha mudado su piel recientemente y ha sido rebautizada como Terraza 365. Más de 900m² habilitados que se mantendrán abiertos durante todo el año y que además cuentan con un nuevo cenador acristalado con chimenea y zona de parrilla. En cuanto a la carta, el culto al producto y la estacionalidad siguen siendo los pilares básicos de Arzábal. Iván Morales, su propietario junto con Álvaro Castellanos, nos advierte que no podemos dejar de probar la Chuleta de Vaca rubia gallega y el Rodaballo salvaje a la brasa.
 
El Jardín de Orfila. En los años 20, una época de gran interés literario y teatral, se ubicó en el número 6 de la calle Orfila un teatro donde interpretaban los actores más aclamados del momento. 70 años más tarde, ese edificio fue reconvertido en el Hotel Orfila, conservando elementos tan característicos de su arquitectura como la fachada, la entrada de carruajes o la escalera principal. En su jardín y terraza se puede disfrutar durante todo el año de la oferta gastronómica gracias a una agradable aclimatación.  De cara al verano, nos recomiendan probar el Ceviche de calamar y langostino con leche de tigre y jugo de cítricos. 
 

Jardines en los que pasar la vida