<
>
 
Películas de agua salada
 
Por Israel Paredes 
 
El mar como paisaje, personaje, presencia… El cine siempre lo ha tenido en cuenta, a pesar de la máxima de un productor de Hollywood que declaró que una película en el mar era sinónimo de fracaso. A través de una docena de emparejamientos recomendamos 25 películas (con trampa en una) que tienen el mar, de un modo u otro, como protagonista.
 
KrakenFuria de titanes (Louis Leterrier. 2010) / Piratas del Caribe (Gore Verbinski, 2006)
El Kraken, pulpo gigante de la mitología escandinava, apareció en los inicios del cine en Under the Seas (1907), de Méliés. Después, diversas películas, refiriéndose al Kraken como tal o usando un pulpo gigante, han recurrido a él. Elegimos la primera de las películas por la escena en la que Liam Neeson dice aquello de ‘Liberad al Kraken’. Y el Kraken, es liberado. Y la segunda, por lo espectacular de su aparición engullendo a un barco tras tragarse antes a Jack Sparrow.
 
Otros monstruos marinosTiburón (Steven Spielberg, 1975) / Orca, la ballena asesina (Michael Anderson, 1977) 
Después de la película de Spielberg, para toda una generación ir a la playa no fue lo mismo. Mucho recelo incluso cuando nadie había visto un tiburón. La película recondujo al cine norteamericano en muchos sentidos y mostró que en el mar anidan animales con ganas de pelea. Luego vinieron sus secuelas y variaciones, como la segunda propuesta, en la que Michael Andersen decidió narrar todo desde el punto de vista de la Orca, que también tenía cosas que decir.
 
Solos frente al marLa vida de Pi (Ang Lee, 2012) / Náufrago (Robert Zemeckis, 2000)
Desde Robinson Crusoe la figura del náufrago ha sido recurrente a pesar de los más que evidentes beneficios de quedar aislado de todos y de todo. Ang Lee llevó el digital a cuotas elevadas de imaginación en un sentido de gran cine poco usual en el presente. En la segunda, Tom Hanks nos enseñó que un balón puede ser un amigo más de fiar que los de carne y hueso.
 
'Thrillers' marítimos. Náufragos (Alfred Hitchcock, 1944) / El mar no perdona (R. Sale, 1957)
Si has de naufragar, mejor solo que mal acompañado, porque como muestran estas dos películas, para sobrevivir, todo parece posible, y surge una realidad: el ser humano, en situaciones extremas, es un ser discutible. 
 
Piratas inusuales. La mujer pirata (Jacques Tourneur, 1951) / Viento en las velas (Alexander Mackendrick, 1965)
Películas de piratas hay muchas, pero no está de más rescatar a una de las pocas mujeres que interpretaron un papel esencialmente masculino, como tampoco lo es recuperar la segunda, en la que un grupo de piratas despiadados son doblegados y humillados por unos niños. 
 
Catástrofes marinas. Salida del amanecer (Roy Ward Baker, 1950) / La aventura del Poseidón (Ronald Neame, 1972)
El mar, como escenario para la catástrofe. La primera fue profética en lo que mostró y casi ni se estrena por ello. La segunda, todo un hito en los setenta, que convirtió el mar en un infierno en una época en la que se destruía en pantalla todo lo habido y por haber.
 
Comedias marítimas. Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959) / Operación Pacífico (Blake Edwards, 1959)
Billy Wilder situó al mar como testigo de la máxima ‘Nadie es perfecto’. Blake Edwards mostró un submarino rosa y cómo unos sujetadores podían servir para arreglar unas máquinas.
 
Lo que esconde el mar. 20.000 leguas de viaje submarino (Richard Fleischer, 1954) / Abyss (James Cameron, 1989)
Que bajo el mar hay todo un mundo desconocido es algo que no se le escapa a nadie. Julio Verme lo desplegó en su novela que fue adaptada con gran tino por Richard Fleischer. James Cameron pensó que quizá para buscar vida extraterrestre, mejor mirar a las profundidades marítimas. En cualquier caso, no queda claro si es prudente asomarse al fondo del mar. 
 
Animación marina. Buscando a Nemo (Andrew Stanton, 2003)/ Ponyo en el acantilado (Hayao Miyazaki, 2008) 
Íbamos a recomendar La sirenita, pero teniendo a la Pixar y a la Ghibli…La primera es una de las grandes cintas de animación contemporáneas, perfecta en todo, como lo es también la segunda, del gran Miyazaki, quizá su película más infantil y una de las mejores.
 
Guerra en el mar. No eran imprescindibles (John Ford, 1945) / Master and Commander (Peter Weir, 2003)
Con la II Guerra Mundial el cine bélico encontró un filón en el mar, pero elegimos la primera porque tardó mucho tiempo en ser reconocida como una de las grandes películas de John Ford, y la segunda porque no está de más recordar siempre a Peter Weir, quien en este título recuperó el cine clásico de aventuras.
 
Surferos. El gran miércoles (John Milius, 1975) / Le llaman Bodhi (K. Bigelow, 1991)
John Milius narró una historia de amistad y habló de la generación del Vietnam a través de tres amigos con secuencias de surf que siguen teniendo una factura visual increíble. Y Kathryn Bigelow, con la segunda, demostró que una directora podía rodar la acción de igual manera que un hombre en un clásico ya del cine policíaco de los noventa, con secuencias en el mar inolvidables.  
 
Final frente al mar. Muerte en Venecia (Visconti,  1971) / La dolce vita (F. Fellini, 1960)
No es el mar el paisaje principal de ninguna de las dos, pero sus finales son muy recordados, y el mar tiene gran presencia. Bogarde pasea su decadencia por Venecia de forma ampulosa y acaba muriendo frente al mar, mirando aquello que desea. En la segunda, Fellini regaló a Mastroianni uno de los grandes finales de la historia del cine frente al mar. (Hacemos trampa e incluimos también el final de Los 400 golpes de Truffaut, con Antoine Doinel huyendo hasta el mar).  

Películas de agua salada