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Vetusta Morla. Una anomalía en el sistema
'Mismo sitio, distinto lugar'
 
Ingredientes. Honestidad e introspección aliñada con riesgo, ironía y electrónica.
Notas de cataConsumir preferentemente sin prejuicios.
ConsejosSubir el volumen a tope y abrir las orejas al máximo.
Utensilios. Batería, guitarra eléctrica, bajo, teclados, percusión y voz.
 
He quedado para tomar un café con Vetusta Morla o, para ser exactos, la mitad de Vetusta Morla -Juanma (guitarra y teclados,) Jorge (percusión y programaciones) y Álvaro (bajo)- para hablar de su quinto disco de estudio con el evocador nombre de Mismo sitio, distinto lugar. Dicen de ellos que son el grupo más democrático. Tal vez por ello, su receta para alcanzar el éxito no se parezca a ninguna, y su nueva fórmula utilice ingredientes tan alejados del cocido de la industria como de la fácil digestión de sus propios fans. Porque, si hay alguna cosa por la que se les pueda etiquetar, es precisamente por romper, con los menús habituales de la ortodoxia del rock. 
 
Entro en el Café Comercial y me preguntan si me ha gustado el nuevo disco. Podría ser una pregunta comprometida, pero le contesto 'Mucho' con total sinceridad. Les digo que me ha conectado con el Achtung Baby de U2; para mí, la gran obra de los irlandeses cuyo lanzamiento suscitó una hecatombe en 1991. Les gusta la comparación: 'Curiosamente, este último disco de Vetusta está grabado en los mismos estudios en los que se grabó ese trabajo de U2, los Hansa de Berlín. Nosotros veníamos aquí a romper un poco con todo y, cuando leímos la historia de Achtung Baby, nos dimos cuenta de que ellos también querían hacer un disco innovador'. 
 
Les pregunto si el single Te lo digo a ti, con el que han impactado por lo electrónico y punk del tema, así como por el sorprendente videoclip realizado por Nacho Vigalondo, es una declaración de intenciones. 'Es necesario escuchar el disco completo para hacerse una idea general. Nos costó mucho escoger la canción para presentarlo porque no hay ninguna que estilísticamente represente al álbum por sí misma. La idea con este nuevo trabajo era generar desconcierto y establecer un terreno de juego nuevo con la sorpresa y desubicación. Es el disco más extremo que hemos hecho'. 

El videoclip está protagonizado por el propio Vigalondo junto a Nacho Vegas y Lolita Flores. 'Barajábamos diferentes nombres y, en ese punto de desconcierto, Nacho reunía los requisitos. Lo llamamos y entramos en su locura. Lo que no recordamos es el momento en el que surgió la idea de vestir a Nacho Vegas de cowboy y darle un bofetón'. 
 
Les digo que el disco me parece inclasificable, heterogéneo, rupturista, con más electrónica, producción y artificio de lo que ha hecho nunca la banda. 'Es un disco arriesgado. Funcionábamos bien en el registro en el que estábamos y decidimos romper para mantener nuestra esencia. Hemos intentado averiguar lo que nos había llevado hasta aquí y hemos concluido que era un tema de honestidad. No somos los mismos que hace un año y teníamos que reflejarlo. Reflejar lo que sientes de verdad: lo que ves y lo que eres. Seguir contando de la misma manera era perder esa honestidad'. 
 
Me parece también que es un disco más irónico, más ácido e incluso diría que con mucho más humor. 'Habla constantemente sobre nosotros, nuestras relaciones, nuestras formas de entender la música. Todo se ha transformado de forma intuitiva. Se nos ha quitado el miedo, la pulcritud y nos reflejamos de forma más pura. Nuestras bromas ácidas y la ironía la manejamos con bastante soltura; igual no se ha visto hasta ahora, pero siempre ha estado ahí'. 
 
Sé que a los grupos no les gusta que se metan en su local de ensayo, en su proceso de creación, pero siento curiosidad en saber cómo viene a la vida, crece y se reproduce una canción en un grupo como Vetusta Morla donde no mandan los egos, ni el liderazgo del cantante y que, a su vez, se muestra tan democrático entre sus seis miembros.
 
'No existe una única fórmula para componer. Cada canción tiene su propia personalidad y recorrido. El común denominador es que viene con el germen hecho de casa, de Juanma o de Guille. Tratamos cada tema de una manera diferente, sin miedos, sin complejos, buscando sonidos y cada canción sufrió su particular metamorfosis. La siguiente fase es llamar al productor con ‘ayúdanos a elegir’. Las diez canciones que componen el disco fueron elegidas entre todos y tuvieron su propio recorrido durante la preproducción, grabación, post… tuvieron una vida única y propia de principio a fin'. 
 
 
La grabación del disco se realizó a caballo entre estudios míticos como los Hansa de Berlín, los Tarbox Road de Cassadaga o Sterling Sound de Nueva York. La producción ha venido de la mano de Campi Campón (Jorge Drexler, Natalia Lafourcade, Xoel López), la mezcla ha sido obra de Dave Fridmann (artífice del sonido de grandes discos de Mercury Rev o The Flaming Lips) y, la masterización, de Greg Calbi (The National, Arcade Fire…). Todo hace pensar en un acabado de lujo y en una búsqueda de sonar cómo nunca antes. 
 
'Sabíamos que no íbamos a saber el resultado del disco hasta el final. Abrazar la incertidumbre, que dice Pucho. Queríamos disfrutar de esa incertidumbre. Campi nos ayudó mucho a esto. Hansa en Berlín fue un desarrollo, como la continuación de la preproducción y una vez más con Fridmann se volvió a vivir otra metamorfosis. Pero siempre bajo nuestro control. Ha salido todo bien. Cuando llegamos al final fue como decir ‘WOW'.
 
Y, siguiendo la temática del número, teníamos que descifrar la receta de este nuevo trabajo en términos culinarios. 'El nuevo ingrediente es que es mucho más introspectivo. El resto es más bien una reformulación de ingredientes para llegar a un sitio nuevo. Más que cambiar los ingredientes hemos cambiado el modo de cocinar. Ahora pochamos las verduras antes de meterlas en el horno… Como queríamos cambiar el mundo Vetusta empezamos cambiando la cocina y la disposición del local'.
 
Me han sonrojado muchas de las críticas a Vetusta Morla, incluso de aquellos adalides del rock y su purismo. Parece que el no mostrarse como un líder y su banda, su carácter alejado del escándalo o la polémica, su preocupación cultural e interés por proyectos más allá de ellos mismos y su huida a la permanente exposición levanta ampollas y me pregunto hasta donde habrá llegado la presión de esa industria que no ve más allá que sus intereses a corto plazo.
 
'Somos una anomalía en el sistema. Tenemos un ecosistema en el que nos movemos por motivaciones que por lo general son ajenas a la industria. Todo lo que hemos hecho tiene que ver con cómo nos sentimos y nos expresamos como colectivo. Tenemos la mente muy abierta porque el arte es multidisciplinar y se retroalimenta. Hay una cuestión que nos ha ayudado mucho y es que ninguno tiene un ego que se sienta dolido. Somos una banda de verdad, lo que debería significar la palabra banda. Seis músicos que siempre nos hemos valorado y considerado en todo el proceso. Hasta en los peores momentos, sabes que formas parte de este grupo. Es auténtico. Es así. Hay un núcleo y es que somos seis tipos para todo'.   
 

Vetusta Morla. Seis tipos para todo