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  • ANIMALES CREATIVOS nº180
  • Making of 'El hombre que diseñó España'
  • Por Andrea G. Bermejo y Miguel Larraya · Foto rodaje © Fernando Lueches
  • Nombre:  Andrea G. Bermejo y Miguel Larraya  
  • Especie tótem:  (Andrea) Apus apus / Vencejo – (Miguel) Vulpini / zorro
  • Subespecie:  Criticum et moderatori cinematographicus  
  • Hábitat:  la redacción, los festivales de cine y la sala de montaje en casa

Andrea nos cuenta cómo ha dirigido su primera película junto a Miguel Larraya (Todo el mundo lo sabe), homenaje al artista y diseñador José María Cruz Novillo, artífice de muchos de los logotipos que modernizaron España. Ambos firman este texto.

A Miguel le parecía bien aceptar este encargo. Cuando se lo propuse, dijo: “Tú has dirigido conmigo, ahora yo escribiré contigo”. Su manera de verlo resumía poéticamente que esta era la primera vez de muchas cosas. Era mi primera película y también la primera vez que escribía sobre algo que había hecho yo. Escribir sobre los demás, sobre sus películas, era mucho más fácil. Yo llego a esta página sin la distancia privilegiada del crítico de cine. La distancia que nos separa a Miguel y a mí del documental que acabamos de terminar tiene las dimensiones de nuestro salón, de la mesa del comedor en la que instalamos un ordenador y un monitor, de los fines de semana sin descanso y las horas después del trabajo dedicadas a montar, de los cinco últimos años persiguiendo una idea tan magnética como huidiza, si es que en el cine no todas lo son.

La primera vez que entré en el estudio de José María Cruz Novillo (Cuenca, 1936) fue para entrevistarlo como cartelista de cine. Hay una fotografía que inmortaliza ese día, mi admiración instantánea, su carisma, y de fondo, los carteles de El espíritu de la colmena, El desencanto, Cría cuervos, El sur, La escopeta nacional. Esa noche llegué a casa recitándole a Miguel la página de Wikipedia del hombre de mirada punzante al que acaba de conocer. Cruz Novillo había diseñado los logos del PSOE, Renfe, Correos, la bandera de la Comunidad de Madrid, el escudo y el uniforme de la Policía Nacional, los últimos billetes de pesetas, Repsol, Endesa, El Mundo, Antena 3, Cadena Cope, Tesoro Público. En algún momento Miguel detuvo mi enumeración y exclamó: “Este hombre ha diseñado España”.

Un título creado por un creador

Caminábamos por Ávila, bordeando su muralla después de una comida familiar. Mis padres iban delante charlando con mis tíos. Mi querido tío Salus moriría unos años después sin poder ver mi primera película terminada. No se me ocurre una forma más gráfica de ilustrar cómo los tiempos se dilatan en el cine, de qué manera es un arte en el que el cineasta nunca tiene el control total. Y ahora vuelvo a las murallas de Ávila, al lugar en el que Miguel y yo barajábamos títulos para el documental, al que hasta entonces nos habíamos referido como Diseñar un país, un título que ya no nos gustaba. Había pasado el tiempo. Nos habíamos acercado a Cruz Novillo y ya no lo llamábamos así, Cruz Novillo, sino Pepe. Lo conocíamos mejor y sabíamos que era mucho más que el diseñador de un país. Era un artista. Así que cambiamos el país por España e introducimos la palabra hombre en la que cabían muchas cosas. El título que escogimos fue El hombre que diseñó España y a Pepe le encantó. “Es un título creado por un creador”, fue lo que dijo.

Desde el principio –la tarde que visité con Miguel el estudio de Pepe por primera vez– nos aferramos a una idea. En El hombre que diseñó España contaríamos con imágenes cómo el país se había modernizado durante la Transición. Entrevistaríamos a Pepe, por supuesto, para que nos contase en primera persona la gran responsabilidad de ese rediseño, pero también a Joaquín Leguina, que le encargó la bandera y el escudo de la Comunidad de Madrid, o a Alfonso Guerra, que hizo lo propio con el puño y la rosa del PSOE. Además, recopilaríamos imágenes de la España franquista, en blanco y negro, para contraponerlas al amarillo de los buzones de Correos, al azul marino de los uniformes de la Policía o al ocre de El espíritu de la colmena. Queríamos dar una visión positiva, para variar, de un momento histórico en España en el que algunas cosas se intentaron hacer bien. Paradójicamente, este optimismo ralentizó muchísimo el proyecto. El alto coste de las imágenes de archivo de RTVE nos llevó a participar sin éxito en numerosos procesos de selección de financiación privada y subvenciones públicas. Fue un periodo frustrante, burocrático, administrativo y radicalmente opuesto a lo creativo.

La voluntad de ser artista por encima de todo

Cuando empezamos este documental creo que lo que más me importaba era que fuese el mejor. Y, para que lo fuese, pensaba yo, teníamos que conseguir esas imágenes de archivo. Mientras lo dirigíamos aprendí de Pepe, y también de Miguel, que había otra cosa más importante que ser el mejor. Uno de mis momentos favoritos en la larga entrevista que le hicimos a Pepe en su estudio es ese en el que dice a cámara que él quiere ser recordado como artista más que como diseñador. “Yo lo que quiero es ser artista. Porque si no soy artista nada de lo que yo hago será arte”, explica. Entonces entendí que no se refería solo a la obra que expone en galerías y museos desde el comienzo de su carrera. Sus diafragmas. Combinaciones sinestésicas de colores y sonidos que desafían la perdurabilidad de la obra de arte, como el Opus 14 que inauguró en Arco en 2015 y que durará tres millones de años. Ser artista era, por supuesto, eso, pero también la manera de abordar cualquier creación, incluidos sus logos. Fue una enseñanza y cambió mi forma de pensar el documental.

Recuerdo una masterclass de Isaki Lacuesta a principios de año en la que dijo: “Hay que hacer cine con lo que tienes”. Miguel y yo comentamos mucho esa frase durante el invierno. Resultó que lo que teníamos –gracias a Castilla La Mancha Media y Abcyine– nos acercó a la voluntad imperiosa de Cruz Novillo de ser artista por encima de todo. Sorteamos el elevado coste de las imágenes de archivo con dotes detectivescas, la música surgió de nuestra imaginación y de películas de extraterrestres de los 70, y, entre medias, a Miguel se le ocurrió encargarle al estudio de Pepe que nos diseñase el poster de la película, que resultó ser su cartel número 90. 

Durante meses pensamos que grabaríamos la creación del cartel con la referencia de El sol del membrillo en mente. Pero a diferencia del proceso creativo de Antonio López, el de Cruz Novillo es rápido, tanto en la gestación de la idea como en su ejecución. “El logo de Correos que dibujé una tarde de domingo”, es una coletilla habitual de la metodología de Cruz Novillo que la tecnología, los ordenadores, solo ha acelerado. A lo largo de la entrevista también se refiere a los logos que creó para el PSOE o el Banco de España como soluciones a problemas. “El diseñador es un arquero que lanza la flecha con el propósito de acertar en el centro de la diana. El artista en cambio lanza la flecha y, en el lugar donde se ha clavado, pinta la diana”, ha dicho más de una vez. Después de pensarlo mucho, a Miguel se le ocurrió una forma de contar cómo en Cruz más Cruz habían diseñado el cartel de El hombre que diseñó España. Él había aprendido a pintar la diana alrededor de la flecha y yo, que en el arte el aprendizaje siempre está en el proceso y no en el resultado.  

 

ANIMALES CREATIVOS: Making of 'El hombre que diseñó España'