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Óscar Araujo. El 5% de un videojuego

No hay historia sin pecado original. "Que en mi caso consistía en portarme mal día sí y día también", recuerda el compositor Óscar Araujo (Barcelona, 1974). "Mi padre se pasaba la vida castigándome sin salir, pero yo me alegraba secretamente porque lo que de verdad me gustaba era quedarme en casa probando videojuegos y trasteando con el sintetizador."

Luego llegó la adolescencia y con ella los veranos interminables y los primeros trabajos. La mitad de lo que ganaba se lo gastaba en instrumentos y aparatos musicales. A nadie le extrañó que con 16 años hubiera montado su propio estudio y fuera uno de los compositores de música electrónica más jóvenes de Europa. A los mandos de una aparatosa mesa de mezclas, sucedió lo inevitable. “Se me ocurrió que podría ser divertido combinar mis dos aficiones. Empecé a llamar a algunas puertas del mundillo del videojuego y conseguí que los estudios Rebel Act me encargaran la música de Severance: Blade of Darkness”.Desde entonces, el compositor catalán ha firmado las bandas sonoras de un puñado de películas (El Cid ‘The Legend’, Gisaku, Transsiberian, Carne de Neón…)y otros tantos videojuegos, como Jericho, Scapland, Krolly Lord of Shadows,de la mítica saga Castlevania, cuya música fue bendecido hace dos años con el Premio a la Mejor Banda Sonora para Videojuego que concede la Asociación Internacional de Críticos de Música de Cine (IFMCA). Músico autodidacta y admirador desde sus comienzos de James Newton Howard, John Williams, Alan Silvestri y Hans Zimmer, Araujo es ya una cara conocida en los famosos estudios Bernie Grundman de Hollywood.

¿Cuál es el “truco” de una buena música para videojuego? Componer para una película es sincronizar de principio a fin para un telespectador pasivo, mientras que en un videojuego se trata de inventar música para un espectador activo. No podemos olvidar que cada jugador interactúa con la historia del juego de manera diferente, dependiendo de su nacionalidad, de su personalidad o de su estado de ánimo. El videojuego es una película con mil finales. Y la música tiene que contener en sí misma todas esas posibilidades. Su papel es fundamental. Mucho más importante, sin duda, que en el cine. 

Castlevania: Lord of Shadows(del estudio español Mercury Steam) marcó un punto de inflexión en su carrera. ¿En qué consistió el reto?El principal reto siempre es lograr una música con sello propio. Por eso decidí componer una banda sonora original sólo para Gabriel, el protagonista. La música tenía que identificarse con la desgracia del personaje. Quitando los clichés típicos de combates y demás, debíamos ser capaces de transmitir emociones. Fueron necesarios 16 climas musicales, 30 atmósferas, 64 cinemáticas… Nos encerramos durante más de dos semanas con la Sinfónica de Bratislava para grabar.

¿Dónde nacen las mejores ideas? Compongo en casa como un jedai,o sea con batín. Así cuando me viene la creatividad la plasmación es instantánea. Uso el Logic Audio para componer con librerías sinfónicas. Ese material es el que le enseño a los productores y directores de cada proyecto. Por lo general esta gente no sabe leer una partitura, así que conviene que se hagan una buena idea de lo que quieres transmitir antes de alquilar la sala con la orquesta. Una vez se ha aprobado la maqueta, con ayuda de mis inseparables Ferrán y Mikel me dedico a orquestar y a mezclar. Luego masterizamos en Los Ángeles, en los estudios de Bernie Grundman, en las mismas salas que utilizan Hans Zimmer, John Williams y otros grandes de Hollywood. 

¿Qué presupuestos maneja para sus proyectos?Por lo general, del presupuesto total se destina el 5% al sonido. Para que nos hagamos una idea, un videojuego “triple A” [que es como se conoce a las superproducciones dentro del gremio] ronda los 20 millones de dólares. Cualquiera que haga las cuentas entenderá la razón por la que he dejado paulatinamente de componer música para cine. Por dinero, sí, pero sobre todo por la satisfacción personal que me produce. Me siento mucho más cómodo componiendo para videojuegos. También más respetado. En estos momentos tengo entre manos dos proyectos “triple A” muy potentes. Lamentablemente, una cláusula de confidencialidad me impide hablar de ellos…

¿Llegará el día en que las bandas sonoras de videojuegos se vendan aparte?Llegaré, sin duda, y no creo que tarde en hacerlo. Cada vez hay más fans que van preguntando por la grabación de marras o que piden que se organicen conciertos monográficos.

¿Para componer bien hay que ser “jugador”?Se nota mucho en el resultado final cuando un músico, además de talentoso y trabajador, es jugador. En cualquier trabajo es importante conocer bien al cliente… En cuanto a mis gustos personales, los primeros Tomb Raiderme marcaron mucho. Eran bastante complicados y me pasaba el día de piques con mis amigos hasta que alguno conseguía solucionar el adictivo e imposible puzle. Recuerdo, además, que la música estaba muy bien metida. Qué duda cabe que hoy las plataformas de Sony y Microsoft son las más evolucionadas. Últimamente ando enviciado con losshooters,pues me permiten desconectar un rato sin despistarme demasiado.

Texto: Benjamín G. Rosado

 

Óscar Araujo. El 5% de un videojuego