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El Gran Wyoming en, 1998

El Gran Wyoming / José Miguel Monzón (en mayo de 1998)*

Allí está él, sentado, al frente de una mesa, junto a Carmen Santonja. Presentan una colección de libros para “pequeños infantes”. La sala está llena, y los que se encuentran en ella, encandilados. El hombre polifacético ya los tiene a todos en el bote. El humorista, el escritor, el actor, el presentador, el cantante. El showman no les ha decepcionado porque su fuente inagotable de ingenio nunca le deja tirado. Nos acercamos. Existe el firme propósito  de no hablarle ni de su papel de médico en el Insalud de Buitrago de Lozoya, ni del desaparecido grupo de rock Paracelso (del cual era cantante), ni de “La noche se mueve”,  “El peor programa de la semana” o “Caiga quien caiga”, ni de sus colaboraciones en el diario “El Sol”, ni de si está casado o tiene tres hijos, o si viven todos en un adosado...Y mucho menos de si Wyoming es un estado norteamericano, o de si el nombre se le ocurrió a su amigo “El Pocho” o de si surgió cuando hizo una prueba con un grupo de la tuna. Le abordamos con la intención de intercambiar unas palabras y evitar (si es posible) que la audacia del hablador compulsivo de verborrea ilimitada esquive las preguntas, que su efectivo sentido del humor no nos deje calar en la persona de J.M. Monzón. Comienza la entrevista. Aunque hubiera estado mejor charlar con él con una “cañita” en la mano nos invita a sentarnos allí mismo. Presiento que se le ha olvidado que teníamos una cita -de hecho, se le había olvidado-. Pero no le importa, accede. José Miguel Monzón, Chechu -para los amigos, supongo-, Don José.

A su lado, como no, su inseparable pianista: el Reverendo. Detrás, toda una fila de jóvenes admiradores que esperan impacientes para llevarse a casa una rúbrica del hombre de las cejas con vida propia. Concha Romero Márquez a los mandos de la entrevista.

¿Cuándo supiste qué eras un artista? ¡Hombre, no!, todavía no lo sé. El truco está en inventarse un personaje y que éste sea el que de la cara, el artista. Tú te creas un personaje que tiene más cara que tú, que dice las cosas que tu no te atreves. Es el conjunto complementario de uno. 

¿Eres tímido? Sí, por eso digo lo del personaje.

¿Prefieres la televisión, el teatro, el cine o la música? Todo es igual. Es la misma cosa. Lo que es distinto es el soporte, pero lo que uno hace es exactamente lo mismo. Uno no se esfuerza más o menos por que esté en un medio o en otro.

Tengo entendido que estuviste en otros países cantando por los bares ¿qué recuerdo tienes de aquello? Sí, pero cantaba para comer. No iba de artista, sino que como no tenía dinero y tenía que pagarme el viaje, me paraba en la calle, en el metro...

¿Aprendiste mucho? Sobre todo lo fundamental era, más que aprender, lo bien que me lo pasaba. Estar por ahí de cachondeo todo el día es el mejor de los casos.

¿Cual ha sido tu ultima carcajada? ¿Mi última carcajada ? Pues no me acuerdo. Ja, Ja , Ja, (risas del Reverendo). Aquí en  la mesa, ahora cuando he visto entrar al Reverendo.

¿Tus últimas lágrimas? No me acuerdo. No lloro mucho.

¿Ni por dentro? No, en vez de llorar digo palabrotas,.... exabruptos y blasfemias.

¿Cual es tu sueño? Hombre, profundo.  (Este es capaz de decirle el mío  -Reverendo-). Profundo. Que no me pase nada.

Y si yo me convirtiera en tu hada madrina y te concediera tres deseos... Pues estaría más contento todavía. Ahora hay que pensar en los deseos.

Eso es lo que me gustaría saber. Bueno, bueno no sé yo si son publicables. La vida son tres cosas: salud, equilibrio mental y dinero. Y lo demás te lo buscas tú si tienes dos dedos de frente.

¿Qué opinas de la frase que dijo Gandhi : “más importante que la fe es la alegría?” ¿La fe en Dios o en general?

En general. El que tiene alegría tiene todo. Es un síntoma de salud. Quien la tiene, vive bien. Por lo tanto, no creo que necesite nada más. Yo entiendo que la vida es sólo la vida.

Después de tu paso por los agustinos se te quitó toda la fe, ¿no? Nunca fui un hombre muy piadoso. Con 18 años  ya estaba metido en otros líos.

¿Crees en algo superior? No pienso en ello nunca, ni en el más allá, ni en los marcianos, ni en nada.

Si le pudieras preguntar a alguien que lo supiera todo, ¿cual sería tu gran pregunta? ¿Por qué mataís a los niños de hambre?. Eso para mí está más cerca.

¿Qué supone para tí un silencio? Aburrimiento en general.

¿Conoces a una persona que hable más deprisa y más que tú? No, ni quiero conocerla. Prefiero las personas tranquilas, silenciosas. Son un conjunto complementario.

¿Para crear hace falta sufrir? ¿Desde un punto profesional de la creación ? A título profesional la gente que crea, lo hace a fecha fija, tanto cuando uno está contento como cuando está pasándolo mal.  No creo que el sufrimiento sea necesario. Nadie lo desea.

El Reverendo da claras muestras de aburrimiento y lanza su pregunta al aire: “¡Oye Wyoming! ¿te vienes conmigo a una fiesta?

-Espera, estoy en una entrevista -contesta nuestro entrevistado-

-Buahh, esto de las entrevistas es un coñazo -interrumpe el Reverendo-.

Una persona alegre, como verás -añade Wyoming-.

¿Improvisación o método? Las dos cosas. El método es mejor cuando se tiene tiempo y se es un profesional serio. La improvisación es cuando uno no ha tenido tiempo de preparar las cosas. Y si le sale bien mucho mejor.

¿Cómo te llamaban de pequeño?  Don José, siempre he sido Don José.

¿Groucho o Chaplin? Los dos.

¿Qué música le pondrías al humor? La del maestro Reverendo, que plagia a todos muy bien. Es un sincretismo cabal.

¿Crees en la reencarnación? No.

¿Y suponiendo que creyeras en quién te gustaría reencarnarte? En Emmanuele Negra (Black Emmanuelle) o Linda Lovelace, alias “Garganta Profunda”. Una de esas dos.

¿Qué es lo más importante para tí en la vida? Bueno después de ese deseo...Que no me den el coñazo.

¿Practicas alguna técnica de relajación? Sí, pero es muy trivial. La que se aprende a los 7 años en el cole. Sí, una técnica de relajación inmediata.

¿Impulso o frialdad? Frialdad.

¿Lo que más temes de la sociedad? La intolerancia.

Las manos de José Miguel no han parado de juguetear con el precinto de una botella de plástico. De vez en cuando echa una ojeada al cuaderno en el que escribo. La fila de peticiones de autógrafos ha aumentado. Quizá sea verdad  que Wyoming sea uno de los truco de Monzón. Tal vez, detrás del showman se esconde algo de timidez. Puede ser.

¿Qué libro te llevarías a un tren? Las obras completas del Gran Wyoming: “Un vago, dos vagos, tres vagos”, “Te quiero personalmente” y  “Las aventuras del Mapache”. Las 3 obras fundamentales que todo el mundo debería llevarse no a un tren sino a todos los sitios.

Un vago, dos vagos, tres vagos,...¿Es un homenaje a alguien en especial? No, es un ensayo filosófico contra la competitividad.

¿Tienes alguna profesión frustrada? No, cualquier profesión es un poco frustrante. No tengo ninguna.

¿Haces lo que te gusta ? Siempre que puedo. Vivo muy bien si esa es la pregunta.

¿La amistad es importante para tí? Para mí y para cualquier persona decente.

Tus maestros, ¿quiénes han sido en tu vida profesional? Si es que yo sólo he trabajado con el Maestro Reverendo. He tenido los peores maestros (risas), el único que he tenido, no sé si es el mejor.

¿Crees que la cima del éxito, la fama y el poder esconde soledad? Todo lo contrario. El poder lo que ofrece es la posibilidad de poder rodearse de quien te da la gana. La soledad la da la pobreza, la miseria, la desgracia y la enfermedad. Eso es lo que da la soledad. Y todo lo demás son cuentos chinos.

Termina la entrevista. Desenfundo el número cero de “El Duende”  para enseñárselo. Prometo mandarle un ejemplar. Aquí te lo envío, espero que te resulte muy “cabal”. Por cierto, ¿te fuiste a la fiesta con el Reverendo?. Que sepas que no te perdonamos aquella caña. Probablemente, nos quedemos con las ganas.

Entrevista: Concha Romero Márquez y Esther Ordax.

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* Bienvenidos a la Hemeroteca de El Duende: en esta sección publicamos algunas de las entrevistas más interesantes o curiosas que han sido publicadas en los quince años de historia la revista El Duende. El tiempo también es distancia...
Esta entrevista fue publicada en la edición nº 1, en mayo de 1998. 

15 años de entrevistas en El Duende: El Gran Wyoming