Carlos Hernando
El violín talismán
El destino quiso que el sefardí Jacques Stroumsa salvara la vida en Auschwitz gracias a que sabía tocar el violín, pues quienes ejecutaban diariamente a miles de personas le reclamaban música para poder seguir viviendo. El español Carlos Hernando ha reflejado la historia en El violinista de Auschwitz, un corto que él ha financiado íntegramente y con el que está nominado a los Goya 2013 en la categoría de Mejor Corto Documental Español.
¿Cómo conociste la historia de Stroumsa y cómo surgió la idea de hacer el corto? En el verano de 2006 trabajé como corresponsal de guerra en el norte de Israel. Sal Emergi, corresponsal de El Mundo, me contó la historia de Jacques. Se me quedó grabada. Dos años después, el azar me llevó a Israel por razones personales, y durante el viaje, me prometí que si localizaba a Jacques lo entrevistaría. Logré hablar con él gracias a Emergi. Tras varias horas de charla con Jacques, nos hicimos amigos. Al día siguiente ya estábamos filmando. Fueron cuatro días de rodaje en el Museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén. Creo que a Jacques, ya con 95 años, le gustó contar su historia a un cineasta español. Pude apreciar que como sefardí seguía teniendo un gran cariño hacia nuestro país. Le gustó la experiencia a pesar de no soportar bien las horas de rodaje.
El enfoque que le das al documental es la concepción que tiene de Dios un superviviente del Holocausto. ¿Ha cambiado esto tu propia idea de Dios? No soy ningún experto en el tema de la Shoah pero he leído libros y visto películas sobre el asunto. Dejando de lado la excelente visión que del Holocausto hizo Steven Spielberg en La lista de Schindler, creo que los cineastas que mejor han retratado ese episodio histórico han sido los franceses Alain Resnais (Noche y Niebla) y Claude Lanzmann con su mastodóntica obra Shoah, de unas diez horas de duración. Pero de entre todo lo escrito y filmado sobre el Holocausto me llamó la atención una frase de Primo Levi, sefardí como Jacques: “Existe Auschwitz, por lo tanto no puede existir Dios. No encuentro una solución al dilema. La busco, pero no la encuentro”. Creo que no hay reflexión más contundente sobre el vacío existencial que puede sufrir alguien que ha vivido el infierno en la tierra, que ha sido arrancado de su condición de hombre solamente por profesar una religión o llevar un apellido judío. Quería ahondar en el vacío existencial que sufrieron muchos supervivientes. Respecto a mi propia idea de Dios, puedo decir que soy agnóstico pero me interesa mucho el tema de las religiones ya que el sentimiento de la trascendencia espiritual se ha profesado desde que el hombre estaba en las cavernas. Si algo cambió mi visión tras escuchar a Jacques es que perdí la poca fe que me queda en el hombre. Después de Auschwitz han existido muchos genocidios: Camboya, Darfur, Ruanda, Timor, etc. No tenemos solución. Homo hominis lupus.
El corto mezcla imágenes reales e ilustraciones. ¿Por qué? Las imágenes reales o fotografías las utilicé para plasmar gráficamente la historia de Jacques, la invasión nazi de Grecia, de donde él era, y el campo de Auschwitz. Encontré muchos documentos de la barbarie nazi. Hay fotografías que te dejan sin palabras. Así que para no caer en el morbo y como un signo de respeto hacia las víctimas del Holocausto quise ilustrar los momentos más dramáticos (el asesinato masivo con gas, la incineración de los cadáveres, etc.) con óleos de pintores que estuvieron en el campo y retrataron con un pincel lo que vieron y sufrieron.
¿Qué ha sido más difícil, condensar semejante historia en 13 minutos o sacar a flote un cortometraje totalmente independiente? Yo creo que ambas cosas. La edición estuvo muy trabajada. Y respecto a la financiación independiente, puse todo el dinero necesario de mi bolsillo. Cuando me obsesiono por contar una historia, no paro. Y si es necesario pagarlo de mi bolsillo, lo hago. Sin recurrir al bolsillo de los ciudadanos, es decir, a las subvenciones. Nunca se ha consumido tanto cine independiente como hoy en día gracias a las plataformas digitales de vídeo. Lo que hay que lograr es dotarlas de financiación. Algo que se está logrando con el mecenazgo particular. Yo lo llamo así. Otros lo llaman crowdfunding.
Además de cineasta, eres periodista. Has estado en Cuba mucho tiempo como corresponsal para El Mundo. ¿El medio es el mensaje? Creo que frente a una dictadura despótica y tiránica solo cabe una opción ética: o estas con ellos o contra ellos. Antes que periodistas, somos personas. La línea editorial de El Mundo ha sido siempre el apoyo a la disidencia pacífica y democrática cubana. La mía también. Siempre quise sacar a la luz los muchos desmanes que cometen los castristas y sus múltiples atropellos a los Derechos Humanos. Gracias a El Mundo pude hacerlo.
Ve ensayando: ¿Qué vas a decir si tienes suerte y subes a recoger el Goya? No tengo ni idea pero creo que la fortuna no me llevará por esos caminos. Así que, de momento, estoy ensayando la cara que tendré que poner cuando alguno de mis compañeros de nominación se lleve la preciada estatuilla.
Texto: Paloma F. Fidalgo. Imagen del cartel de El violinista de Auschwitz.