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Jorge Sánchez Cabezudo. El amante del género

Debutó con una película, La noche de los girasoles, pero en seguida se trasladó a la televisión. Curtido en mil batallas, de Hispania a Gran Hotel, Sánchez Cabezudo (Madrid, 1972) ha firmado la gran serie española de nuestro tiempo, Crematorio.

La noche de los girasoleses tu primera película, de hecho sigue siéndolo porque desde entonces sólo has hecho series… Me considero un director de cine y hago televisión porque tiene el mismo nivel narrativo. En la televisión me siento cómodo pero no creas que no he intentado volver al largo, el problema es que cuando escribo tengo embarazos de elefante (risas), me gustan las historias con cierta densidad y varios niveles de lectura. Para mí Crematorio fue lo más parecido a rodar un largo. Sí que marco una diferencia entre lo que escribo y dirijo y lo que ruedo por contrato.

¿Crematorio fue un encargo, no? Sí, pero en el momento en el que hago mía la novela, escribo el guión y comienzo a meterme de lleno en el proyecto el desgaste de energía es tremendo. Y es a eso a lo que me refiero, a una cuestión de energía, cuando haces algo tuyo es agotador, sin embargo, cuando ruedo un capítulo de Hispania estoy cantando la canción de otro, en ese caso la del creador (y amigo) Ramón Campos.

Entonces quedamos en que te consideras autor de Crematorio. Hombre, el escritor de la novela es Chirbes (Rafael), mi hermano Alberto y yo lo convertimos en serie. La novela de Chirbes estaba llena de monólogos así que nosotros tuvimos que darle una trama, construir un thriller. Al fin y al cabo la televisión es el imperio de la trama. Tuvimos un dossier con todos los casos de corrupción que habían salido en prensa… ¡Era enorme! Además, mi padre es arquitecto y mi hermano también. Hemos conocido muchos Bertomeu…

Y entonces apareció Pepe Sancho. Pepe era una fuerza de la naturaleza. En mi primer encuentro con él me dijeron: “Te va a medir”. Y lo hizo, pero congeniamos enseguida, es fácil entenderse con gente inteligente, recuerdo me dijo: “Jorge, a mi me gustan los directores que hablan poco y dirigen mucho” (risas). La comunicación fue muy sencilla, yo le decía “Pepe dale flema”, hablábamos mucho de la flema levantina.

Bartolomeu es ese personaje cabrón, al que sin embargo entiendes… Ningún villano debe de considerarse a sí mismo villano, Bertomeu deja en evidencia a todos los que viven de su discurso sin tener los huevos que él tiene.  Es un cabrón sin tapujos pero entiendes el mecanismo que le mueve, es humano.

Cuando Pepe murió la gente revisionó la serie, debió ser muy emotivo. Fue un palo. Pepe fue mi socio, cuando teníamos problemas con algún actor organizaba una cena para solucionarlo. Se echó el proyecto a la espalda. Me gusta pensar que me consideraba un amigo. Cuando murió me costó mucho volver a ver la serie. Habíamos empezado a ver al mejor Pepe…

Crematorioimita las características de las series HBO… Yo lo tengo muy claro, la única copia que podemos hacer a los americanos es precisamente ser muy españoles, contar bien lo nuestro. La violencia no puedes tratarla como los americanos, aquí somos de navajas y cachiporras, no hay pistolas. Es cierto que es una serie más densa, pero esa forma de hacer ficción puede también ser nuestra.

¿Cuáles son las grandes series de nuestro tiempo? Hay dos. Los Soprano, una obra maestra absoluta con un desarrollo de personajes sutil, bestial, crudo y humano. Lo que El padrino es al cine, Los Soprano es a la televisión. La muerte de James Gandolfini le eleva a mito absoluto de la cultura en el XXI. Y el gran flechazo narrativo es The Wire. Es un balazo en la cabeza. The Wire es la gran novela americana. Analiza todos los estratos sociales de Baltimore y América. Es salvaje. Y claro cuando te ofrecenCrematorio, con sus tramas de corrupción, su desarrollo en cascada… dices: ¡Yo quiero!

Estas series te inspiraron para Crematorio, eso seguro. Por supuesto, pero no es copiar. La gente tiene que entender que la creación desde el principio de los tiempos es una reescritura. Hay que quitarse el cartelito de autor absoluto, lo que hacemos es reescribir lo de otros.

Por cierto, ¿te has enterado de que a David Simon le gustaría rodar en España sobre corrupción? (Risas) ¡Me encantaría! Pero es complicado ponerte en la piel de otro país, The Wire o Treme están contadas desde la carne. Es complicado venir aquí sin ser de aquí y contarlo, aunque la paradoja es que sólo él podría hacerla. Porque, dejémoslo claro, Simon es Dios.

Es posible que si decide hacerla vea antes Crematorio. Si David Simon ve Crematorio yo ya me puedo morir a gusto.

Crematorio está disponible en Yomvi.

 

 

 

Entrevista con Sánchez Cabezudo, director de Crematorio