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El espectáculo del comer. La Fura Dels Baus

Si, como decía Cecile B. DeMille, la Gastronomía es el mayor espectáculo del mundo, imaginemos si la fundimos con otros como el Teatro. Eso es lo que han hecho en varias colaboraciones la mítica compañía teatral La Fura dels Baus y Andoni Luis Aduriz, chef del restaurante vasco Mugaritz, artistas de diferentes disciplinas que coinciden en tener un impulso creativo extremadamente vanguardista e innovador. Nos cuenta la experiencia Pep Gatell, director artístico de La Fura.

¿En qué se parecen la Gastronomía y el Teatro? Coinciden en ser dos artes efímeras, que dejan poso pero cuya parte física desaparece rápido. También son dos artes contundentes, que tienen mucho de verdad, de tangible, de fuerza estética.

Bueno, comparando la estética de los platos de Mugaritz con la de sus obras, ganan los platos, ¿no? No te creas que para Andoni es una prioridad la estética: lo que busca es impactar. Observa, si no, mi plato favorito de su carta, las Patatas Kaoline, que tienen la apariencia de piedras. Son platos para los que no todo el mundo está preparado.

¿Por qué llamó La Fura a la puerta de Mugaritz? Yo había comido ya en el restaurante, y me impactó. La primera vez que fui, comí una ensalada que era como un paseo por el campo, emulaba a la vez el rocío de la mañana, el sol del atardecer… Te juro que lloré de emoción por lo espectacular que me pareció la experiencia. Y, más adelante, cuando proyectamos representar Degustación de Titus Andronicus, basada en la obra de Shakespeare, yo me acordé del vanguardismo y la gran capacidad para la sugerencia de Andoni, porque en la obra queríamos estimular al espectador con olores agradables y desagradables que chocasen entre sí, cada uno procedente de un banquete distinto, uno que era caníbal y otro que no. Queríamos que el olor de una comida apetecible (preparamos in situ algodón de azúcar) se mezclase con el procedente de las vísceras que comían los protagonistas en sus prácticas caníbales.

¿Por qué? Porque resultaba todo un impacto sensorial. Fíjate si lo fue que nos pasó algo que no nos había ocurrido jamás en la historia de La Fura: se nos desmayó gente, un uno por ciento de los espectadores totales que tuvimos. Un médico nos explicó después que se debía al funcionamiento del parasimpático, se trataba de una reacción química producto de esas dos sensaciones contrapuestas.

¿Era la primera vez que se fusionaba así el Teatro con la Gastronomía?Todo está hecho en esta vida, sé incluso de un tipo que daba sangre frita en sus espectáculos buscando un resultado parecido. De todos modos, con el camino desviado que está tomando el Teatro, pronto, si no te dan de comer, te quejarás.

Tras la experiencia en Degustación…, han colaborado en más ocasiones con Mugaritz.Sí, pero ya haciendo dos cortometrajes que impulsó Andoni, Macaron de caza y Taba el juego en la mesa, abordando la originalidad de sus recetas, de los orígenes de sus ingredientes y de la porcelana de sus platos, y presentando la experiencia de comer en Mugaritz como lo que es, un juego, una diversión por encima de todo. También hacemos coaching con sus empleados para que mejoren su lenguaje corporal, enseñándoles a tocarse unos a otros, a abrazarse, a comunicar sus emociones…

La Fura, a estas alturas de su carrera, ¿sigue teniendo problemas para encontrar financiación?Sí.

Como en un restaurante, en un espectáculo de La Fura, ¿el cliente siempre tiene la razón? Lo único que queremos es ser honestos con nuestra concepción del Teatro. La Fura, o te gusta o la odias. Aunque hemos recibido críticas tan absurdas como que nos hayan tildado de fachas…

¿Pierde su esencia el teatro por incorporar nuevas tecnologías, como hacen ustedes? Yo creo que no, es absurdo disponer de material que puede mejorar la transmisión de tu mensaje y no utilizarlo.

Pero encarece las funciones, y luego, como la alta cocina, éstas no están al alcance de cualquiera…Ese es un falso debate. Si quieres un coche con más prestaciones, es más caro. Si quieres un arte como el teatro, que cada día es diferente, que es auténtico y si quieres que se innove en él, tienes que pagar el precio que eso conlleva. La vida es cuestión de prioridades.

Y el teatro apenas está subvencionado, ¿no? Las instituciones cuidan el teatro que les interesa, no parecen dispuestas a cuidar a gente que les toque los cojones. La mayoría de las compañías independientes que están en activo nacieron en los 80, cuando realmente se subvencionaba el teatro, acuérdate de Tierno... Pero, ¿cuántas escuelas de teatro hay ahora en España? Apenas ninguna.

No obstante, sí prolifera la apertura de salas pequeñas, independientes, en Madrid y Barcelona… Pero con muy pocas personas en la compañía, y sin medios. Acaba siendo algo terrible para ellos porque no pueden mejorar ni crecer. Su intención es impecable y vas a verlos para apoyarlos, pero la mayoría acaba desapareciendo en poco tiempo. 

Texto: Paloma F. Fidalgo · Foto: Piedras comestibles de Mugaritz.

 

El espectáculo del comer. La Fura Dels Baus