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Luis Castro + Ocelote. Vivir del juego

Luis Castro y Carlos Rodríguez (alias Ocelote) tienen una cosa en común: ambos han convertido su pasión por los videojuegos en su forma de ganarse la vida. El primero "testea" posibles errores de los nuevos lanzamientos de Sony antes de que salgan al mercado. El segundo es una de las pocas estrellas que existen en nuestro país de los llamados E-Sports: competiciones online de videojuegos deportivos que congregan a millones de fans y mueven montañas de dinero.

La industria del videojuego mueve más dinero que la del cine y la música juntas gracias a millones de jugadores de todo el planeta. De todos ellos existe un reducido grupo de privilegiados que han conseguido una de las máximas aspiraciones del hombre: profesionalizar su “hobbie”.

Luis Castro es un madrileño de 27 años que trabaja en Electronic Arts como testeador de los videojuegos que lanza en sus diferentes modelos de PlayStation. Su pasión se despertó cuando de pequeño su padre le regaló el famoso juego Zelda y descubrió que era mucho mejor que el cine porque podías formar parte de la historia. Su sueño se convirtió en desarrollar sus propios videojuegos. “La gran pregunta es: ¿Cómo se entra en el mundo de los videojuegos? En España es algo muy nuevo y no se sabe”, nos cuenta. Para ello estudió Ingeniería Informática, que era lo que más se acercaba. Aunque finalmente dio con la clave: “siendo testeador”. Evalúa los juegos para controlar sus posibles errores antes de ser lanzados al mercado. “Cuando compras un juego, si ves que va mal le echas la culpa a la PlayStation o a Sony. Por eso es tan importante para las marcas que los juegos cumplan los objetivos de calidad que nos marcan”. Esto puede convertir un trabajo aparentemente idílico en un martirio. “Realmente no disfrutas del juego porque te puedes pasar un día entero empezando el juego una y otra vez, fijándote en las cosas que nos dicen” explica. “No es ocio: no nos pagan por jugar”. Uno de los hándicaps de este trabajo es la inestabilidad: “Lo más complicado es pasar de ser el tester que cogen cuando hay picos de trabajo a ser el tester fijo”. La globalización ha hecho que empresas como EA instalen algunas centrales en países como España o Rumania porque sale más barato. La media son unos 20.000 euros al año. Aunque para Luis esto no es más que un bonito paso hasta lograr la ilusión con la que empezó: crear su propio juego.

Campeón en la red

El otro lado de la moneda sería Carlos Rodríguez, más conocido por su alias Ocelote, que a sus 23 años se ha convertido en una de las pocas estrellas que hay en nuestro país de los llamados E-Sports (Deportes Electrónico), un fenómeno a nivel global parecido a la liga de futbol. “El juego al que me dedico yo en estos momentos, es el más jugado del mundo en nuestro sector: League of Legends.Si no me equivoco, habrá algo así como 65 millones de jugadores en el mundo” explica. Al contrario que un testeador, que es un trabajador más de la industria, él es una especie de atleta del mando: un campeón con nombre propio que genera elevados ingresos a su alrededor. “Se hacen torneos, cuyos premios están patrocinados por empresas a donde van a jugar Clubs patrocinados, en donde juegan jugadores, a su vez, también patrocinados por empresas. Es decir, es un entorno como el de cualquier otro deporte en el mundo”. Y añade: “El negocio está pura y llanamente en el fenómeno en sí. De ahí podemos desglosarlo en diez mil cosas distintas: branding, merchandising, competiciones, retransmisión de partidas, patrocinios...”. Todo lo que le rodea es una locura y ha levantado un imperio, aunque con nosotros rehúsa hablar de dinero. En un artículo reciente publicado en el diario ABC sin embargó confesó que ganaba más de 600.000 euros al año. Para ello entrena de 6 a 12 horas días, “dependiendo de si hay torneos cerca o no”. “Amo mi hobby. Y por suerte, me pagan por hacerlo” confiesa. “Es un sueño”.

Texto: David Bernal · Imagen sumario: FIFA 14 uno de los juegos que ha puesto a prueba, antes de salir a la venta, Luis Castro

Luis Castro + Ocelote. Vivir del juego