Hicksville es una pequeño pueblo de la isla de Nueva Zelanda que guarda un tesoro incalculablemente valioso, el de la creación y el de los sueños, cumplidos o no. Y que alberga una utópica sociedad, al menos para los aficionados a los cómics, en forma de una especie de biblioteca de Alejandría del Séptimo Arte. El profundo amor por los tebeos que contiene esta novela gráfica se nutre de un constante homenaje a los clásicos, a los que se une, convirtiéndose en un clásico en sí mismo. Hicksville vio la luz en 1998 en la revista Pickle (en 2003 en España vía De Ponent/Balboa) y acaba de ser reeditado en tapa dura por Astiberri, con un mayor tamaño y una introducción de trece páginas tan rica en homenajes como el resto de la novela gráfica que dio a conocer mundialmente a Dylan Horrocks.
Otro acierto: El faro de la razón de la primera contraportada es ahora el que alumbra al mundo de la imaginación en la nueva y mejorada edición.

Texto: F. Baudin