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Emilio de la Morena. Desfilando en Londres.

De Alicante a Londres. De contable a diseñador de moda. De soñar con la escultura a crear su firma de ropa y ser adorado por “cebs” como Kate Moss, Leighton Meester o Gwyneth Paltrow. Un viaje que, con escalas en Alemania, Escocia y Reino Unido, hizo a Emilio de la Mora reencontrar su vocación y convertirse en el único español que lleva ocho años desfilando en la London Fashion Week, donde presentó en febrero su última colección. Y el recorrido no ha hecho más que empezar.

Lleva media vida fuera de España. Tanto que hasta le cuesta hablar español al principio. Cercano, simpático y casi familiar, el caso del diseñador Emilio de la Morena no es el típico del joven que se va fuera para hacer realidad sus sueños. O no del todo. Más bien estar en Londres fue la carambola que le hizo descubrirlos rozando la treintena. Allí todo hizo “clic”. Dejó la contabilidad y se reencontró con su pasión por la moda.

¿Cómo fue salir de España y dar ese salto de la contabilidad a la moda? Estaba estudiando Escultura para prepararme para hacer Bellas Artes pero en casa me dijeron que tenía que hacer algo de lo que pudiera vivir. Acabé estudiando Económicas. Era una licenciatura internacional, me fui a Alemania y Escocia e hice un máster en Edimburgo. Estuve trabajando como consultor un tiempo pero no me sentía yo, quería hacer algo más creativo. En 2001 decidí que quería dejar todo y dedicarme a la moda. Con 28 años empecé en Saint Martins. Me dije: Has perdido ocho años, ahora no vas a perder ni un minuto más. Después estuve trabajando con varios diseñadores como Jonathan Saunders, gané un par de premios y en 2007 creé mi propia firma. Lo tenía muy claro. Es muy interesante trabajar para otros al principio pero yo quería tener mi propia empresa. No sabía cómo funcionaba porque si ahora me lo planteara… ¡uf! Pero no tenía vértigo.

¿Cómo fue Londres de decisivo para reencontrar tu vocación? Londres fue un revulsivo para mí. Es el centro neurálgico de gente con inquietudes, en moda, en creadores, artistas, movimientos sociales... Yo estaba muy fuera de todo eso, era consultor y me gustaba el arte pero la moda solo la había seguido inconscientemente. Fui a ver a una graduación a Saint Martins y descubrí un bridge entre arte y la moda que me llamó mucho la atención. Estaba en un momento de búsqueda. Ser consultor no me realizaba, yo quería crear. Y tomé la decisión y, al tomarla, me di cuenta de que siempre me había interesado la moda. Descubrí lo que sabía qué quería hacer. Todo encajó de golpe.

Está claro que salir fuera abre la mente al mundo y, en tu caso, a uno mismo. Recomiendo salir fuera sin ninguna duda. Es una pena que si quieres llegar algo tengas que emigrar aunque también se puede triunfar en España pero, en mi caso, el prêt à porter es un negocio internacional, no se puede vivir de las ventas nacionales y uno por narices tiene que salir fuera a desfilar o hacer una gran campaña. Pienso que hay que ir a la plataforma más internacional que uno se puede permitir. Londres es un buen sitio para los diseñadores jóvenes porque no es tan caro como Nueva York o París aunque es difícil entrar. Pero independientemente de la profesión, hay que salir fuera de España para saber cómo están las cosas, formarse, aprender idiomas, conocer otras culturas... Y después, decidir volver o no. Aunque con el tiempo también te das cuenta de que, como en España, no se vive en ningún sitio. Llevo 20 años fuera y cada vez lo pienso más. Tenemos una gran calidad de vida a pesar de cómo están ahora las cosas.

O sea, que eso de que la morriña va creciendo con el paso del tiempo es cierto. Llevo bastante tiempo fuera y aunque voy mucho, ha sido en los últimos tres años cuando he empezado a hacer más cosas en España. Me llama mucho la atención la tradición artesanal y me parecía muy hipócrita no hacer nada en mi país teniendo algunos materiales con las mejores calidades así que trabajo en Ubrique, que hacen una piel increíble, en Elda me hacen los zapatos y una empresa de Barcelona, el punto. Pero es cierto que voy más y veo el sol, el ritmo de vida… aunque en España se trabaja muy duro. ¿Que la cosa esta mal? Pues hay que pensar en otra manera y crear, no se puede estar en casa esperando. Con trabajo e ilusión se sale adelante.

Y desde tu experiencia, eso de que uno no es profeta en su tierra es un topicazo o es verdad.  No creo que haya sido esa la cuestión en mi caso. Yo vivía aquí y decidí quedarme porque tenía la red de contactos con la que trabajar. Y mi empresa ha ido poquito a poquito. Por ejempo Leighton Meester [conocida por el gran público por su papel en la serie Gossip Girl] o Carine Roitfeld [la que fuera editora de Vogue París y ahora de Harper`s Bazaar] empezaron a usar mis diseños cuando no me conocía nadie y he ido creciendo así, despacito. Y así sigo, creo que aún me espera un boom [dice entre risas]. Lo cierto es que fuera se me conoce más, pero ya cambiará. Al principio intente entrar en España porque me hacía ilusión pero a diferencia de Londres –mi primera colección fue para Browns, la tienda que descubrió a Armani o a Galliano- no se apuesta igual por diseñadores jóvenes nacionales. Así que lo dejé un poco pero cada vez quiero estar más presente… soy español [reivindica con cierto tono romántico].

Texto: Prado Campos

Emilio de la Morena. Desfilando en Londres.