<
>

Llibert Fortuny

Llibert Fortuny
Música libre

No quiere encerrarse en un estilo, está abierto a la experimentación. Llibert Fortuny es un joven saxofonista de jazz de primera línea. Todo empezó cuando escuchó un disco de Charlie Parker. Tras graduarse con notas insuperables entre Manresa y EEUU, migró del jazz clásico a otro electrónico con toques de funk y soul. Ha fundado grupos como Electric Quarter y Quintent o Triphasic, y editado trabajos como RevoltsShaman. En una época tocó por las calles de Barcelona. Era, dice, “mágico”.

¿Por qué experimentas tanto? Hoy todo va rápido, sobre todo las comunicaciones, y eso hace que las culturas se alimenten unas a otras. Incluida la música, y especialmente el jazz, cuyo icono siempre ha sido la libertad. Como músico de jazz, expreso lo que me gusta sin límites estilísticos ni fronteras creativas.

¿Hay que conocer a los clásicos para poder innovar? A quienes hoy consideramos los clásicos, los destrozaron en su momento por romper moldes. Somos lo que somos gracias a ellos. Yo tengo un profundo respeto por todas las épocas vividas por el jazz.

¿Utilizas tanta tecnología al tocar por exigencia de los tiempos que corren? Sólo soy permeable a las posibilidades y al mestizaje musical que encuentro a mi alrededor, para transmitir con forma de música lo que tengo en la cabeza.

Además, el jazz se nutre de la improvisación. Para mí, el 70% del jazz es improvisación, para la que nos preparamos durante años. Hay que complementarla con estética, ritmo, groove...

Has compuesto temas sobre tu perro, los sugus y hasta la diarrea. ¿Ves música por todas partes? ¡La música, afortunadamente, es vida! Me gusta componer pensando en lo que le puede pasar a cualquiera. Compuse Diarrea después de una semana de ensayos en la que uno tenía un virus en el estómago (había que parar de tocar cada dos por tres) que acabó contagiándonos a todos.

Cómo fue tocar en pleno Central Park? Fue durante una Navidad que pasé en Nueva York. Toqué allí con Martí Serra. Qué gran sueño. Qué respeto tenía la gente en la calle. No sé cómo están las calles de NY ahora, pero en pisos es brutal, hay mil sessions de los músicos que viven allí.

¿Alguna anécdota? Tocaba para poder comer ya que no tenia ni un dólar y la Visa no me funcionaba. Ahora hago lo mismo, pero parece más “encubierto” (risas).

¿Qué te parecen las regulaciones que de la música callejera se han hecho en ciudades como Madrid o Barcelona? Sus razones tendrán, pero seguro que se han perdido y perderán momentos mágicos. Ya no puedo bajar a tocar por algún barrio una tarde que me apetezca, o si veo a alguien que me mola tocando en la acera, no puedo unirme a él. Hace años era diferente, yo toqué en Barcelona duetos de clásico con otro saxo, simplemente íbamos.

En Boston compartiste escenario con Chick Corea. Fue un sueño. Acababa de terminar la carrera, fue el mejor regalo.

¿El futuro de la música está en los discos o en los conciertos? Creo que disco y futuro no van en la misma frase. Creo que el futuro pasa por conciertos online y grabaciones en formato digital con un precio ridículo para la gente.

Hace un año te pasaste del saxo alto al tenor. ¿Te costó? ¡Mucho! El saxo alto esta afinado en Mi bemol y el tenor en Si bemol. He tenido que reaprender los estándares, ¡qué dolor de cabeza! Pero necesitaba molestarme a mí mismo, coger otro camino.

Acabas de producir Educa, un CD de música de Bach adaptada a niños ilustrado por Oriol Malet. He disfrutado muchísimo revisando a Bach. Hemos hecho conciertos con los niños y ha sido impresionante, son tan neutros que te emociona.

¿Tus saxofonistas imprescindibles? John Coltrane, Charlie Parker, Sonny Stitt, Sonny Rollins, Kenny Garret, Joshua Redman, Mark Turner, Perico Sambeat, Jesus Santandreu, Marti Serra, Joe Lovano y un gran etcétera.

www.llibertfortuny.com

Volver al sumario de 1906 Momentos Reserva Especial

Texto: Paloma F. Fidalgo

Llibert Fortuny. Música libre