<
>

Imagen del espectáculo “Crece”. Circo Price. Foto: Paco Manzano

Nuevo Circo

Más allá del sol

El nuevo circo, o circo contemporáneo, surgió como realidad visible a mediados de los ochenta para no dejar morir al circo clásico. Y lo hizo acentuando la fórmula, excediendo su límite: añadió más poesía, sumó historia a su propuesta para llegar a algo más que el más difícil todavía y, sobre, todo hizo suyos nuevos lenguajes escénicos.

Un género excesivo por antonomasia debe seguir excediéndose para renovarse.  El minimalismo muere si muta, el circo revive si rebasa sus límites. Cuando el respeto por los animales, la eterna redundancia y la falta dinero entraron por la puerta del circo, por ahí mismo su carpa se vació. Por donde antes salían elefantes y tigres llega la performance, la danza acrobática, la iluminación, los efectos especiales, las músicas especialmente creadas para grandísimas producciones llenas de fenomenales vestuarios y oníricos maquillajes... o no. Dice Joham Le Guillerm, director de la compañía francesa (en esto los francófonos parece que van por delante) Cirque Ici, que "el Circo del Sol es el Mc Donald's del nuevo circo". Puede.  100 millones de espectadores y más de 800 millones de euros de recaudación en 25 años de existencia han creado una multinacional, una marca poderosa y momentos de indudable brillo con la que muchos han identificado al nuevo circo. Pero hay mucho más allá cuando se cruza la frontera de la megaproducción. La exacerbación de las  características propias como la ternura, la acrobacia, el poder de lo visual y un concepto más teatral del argumento con un lenguaje estético más vanguardista ha sido la receta que ha atraído y renovado al público. Una aventura de la entidad del Teatro Circo Price de Madrid  no hubiera sido posible hace 20 años.  En muy poco tiempo se ha hecho un lugar en la producción y exhibición de auténticas maravillas. Un repaso a su programación reciente nos descubre pasión por el cabaret, por la magia, por la danza, por la música, por la acrobacia y por la suma de todas ellas, que es, en definitiva, el nuevo circo. El espectáculo Los 7 dedos de la mano, dentro de Escena Contemporánea, hizo que más de uno casi se arrancara los suyos propios de tanto aplaudir. Su apuesta por nuevos valores así como por la enseñanza y el establecimiento de una plataforma de lanzamiento y exhibición de artistas desconocidos o semidebutantes es encomiable. Así lo demuestra el festival CRECE que este año va por su tercera edición como laboratorio escénico.

El esfuerzo por atraer nuevos yacimientos de público ha hecho  posible que compañías internacionales como Cirque Éloize (de Québec, como el Circo del Sol) llenen grandes teatros con espectáculos tan fantásticos como Rain o Nebbia. A ellos podemos  unir, por mencionar producciones que han pasado con éxito recientemente por Madrid, al mencionado Le Guilerm con su vanguardista Secret. La aparición de nuevas iniciativas como el Centro de Creación de Artes de Alcorcón (CREAA, que se inaugura en 2011) y el concienzudo trabajo de proyectos como el Price aseguran que las premisas clave de este mundo estén más fuertes que nunca. 

Texto: Luis Pérez Gil. Imagen del espectáculo Crece. Circo Price. Foto: Paco Manzano. 

Nuevo circo: más allá del Sol