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 Kostya Novoselov

 

La fiebre del grafeno. Entrevista con el Nobel de Física Konstantin Novoselov

Quédense con este nombre: grafeno. Su aplicación va a ser revolucionaria: promete grandes avances en, entre otros campos, la electrónica (hasta ahora basada en el silicio), o la fabricación de todo tipo de cosas, desde chalecos antibalas a ascensores espaciales. Es el material más resistente del mundo, es prácticamente transparente y tiene el espesor de un pelo. Lo que no es más que una lámina de átomos de carbono unidos hexagonalmente a modo de colmena, está muy cerca de nosotros: varias capas de grafeno forman el grafito de los lápices. El Premio Nobel de Física 2010 se ha concedido a Andre Geim y Konstantin Novoselov, dos profesores rusos de la Universidad de Manchester, por sus investigaciones en torno a este material. Novoselov, que sólo tiene 37 años, nos cuenta cómo le ha sentado a él el galardón y cómo le sentará el grafeno a nuestro día a día.

Muchos de los edificios donde vivimos tienen paneles solares. ¿Cómo afectará el grafeno a su fabricación? El grafeno facilita la conductividad de la corriente eléctrica, los electrones se mueven unas cien veces más rápido que en el silicio. Además, al ser tan resistente, se podrán utilizar láminas de grafeno como paneles solares, y eso los volverá muy duros. Probablemente dentro de un año ya los veamos.

¿Y qué efecto tendrá en las pantallas de nuestros aparatos (teléfonos móviles, ordenadores...)? Se van a convertir en pantallas flexibles y resistentes de grafeno, táctiles, de alta definición, y muy ligeras. Insisto en lo de muy ligeras: el transistor más pequeño del mundo está hecho de grafeno. Y que sean tan resistentes alejará su fecha de caducidad. Esta también es una tecnología que nos llegará pronto, en un par de años.

¿Qué aplicaciones tiene el grafeno en el mundo de la medicina? En este ámbito ya no hablamos de futuro, sino de presente. Por ejemplo, potencia los estudios biológicos en los que hasta ahora se usaba microscopio, al crear un sensor que, superpuesto sobre las células vivas, permite ver las comunicaciones que mantienen éstas entre sí, gracias a su ligereza.

¿El grafeno es ecológico? Bueno, es carbono, y el carbono es tóxico. Lo que pasa es que hasta ahora ha sido difícil producirlo a gran escala. De todos modos, ya están en marcha investigaciones para hacer que tenga el menor impacto posible en el medio ambiente.

¿Es barato? Depende de la magnitud y la aplicación que se le dé, pero no es más caro que la manipulación de otros materiales.

Es usted un Premio Nobel. Nosotros teníamos a Einstein en los libros de texto. Nuestros nietos además lo tendrán a usted... Estoy sorprendido, estupefacto, obviamente contento y asustado por todo lo que implica.

No había un Nobel tan joven desde 1974... Esa es la parte que más miedo me da. Yo nunca he perseguido descubrir nada ni ser premio Nobel ni entrar en la historia.

Pero sí decidió ser físico. ¿Por qué? Por la superstición. Cuando tenía 13 ó 14 años, vivía en un entorno muy supersticioso, y quise combatir esas creencias irracionales. Empecé a interesarme por la ciencia, en especial la física, y topé con unos profesores muy buenos, que me permitieron jugar con todos los aparatos que había en el colegio.

¿Por qué Andre Geim y usted se decidieron a estudiar al poco conocido grafeno? No nos atraía el grafeno en particular. Trabajábamos en varias investigaciones, sobre varios materiales, y esta resultó un éxito por lo que aporta al estudio de la física cuántica y por las aplicaciones industriales que se ha descubierto que tendrá el grafeno.

¿Cuál era la tesis inicial de sus investigaciones sobre este material? Inicialmente, simplemente queríamos encontrar una vía para su extracción y para poder manipularlo para trabajar con él.

Ustedes utilizaban cinta adhesiva común para despegar las delgadísimas láminas de grafeno que tiene el grafito de la punta de un lápiz. Suena muy divertido... Sí lo es, es un trabajo eminentemente práctico. Pero también necesitamos una base matemática, esas prácticas proceden de un proceso matemático, lo que pasa es que las tareas están repartidas en nuestro equipo...

¿Cómo es para usted un día de trabajo? Normalmente, vengo a mi despacho y hago cosas de las que hace todo el mundo: tengo mucha faena de papeleo, preparo las clases que doy en la universidad, controlo el correo electrónico... Y afortunadamente, un 40% de mi tiempo se lo dedico al grafeno.

Parece que la asociación con Geim ha funcionado, ¿él es un modelo para usted? Uy, sí, absolutamente.

¿Por qué eligieron la universidad de Manchester para investigar? Fue él quien la eligió, antes estábamos en una de Holanda. Él se mudó por motivos personales y le gustó, y un tiempo más tarde me pidió que me uniera a su equipo allí. No me lo pensé dos veces. Además, en Holanda me aburría bastante...

¿Qué hace un viernes por la noche un premio Nobel? Yo trabajo toda la tarde hasta las tantas. Aunque este viernes es el cumpleaños de mi mujer, así que tomaré una cerveza con ella...

En la foto: Kostya Novoselov.

La fiebre del grafeno. Entrevista con el Nobel de Física Konstantin Novoselov