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Non stop day in NYC
24 hours plan
 
Por Victoria Bravo · Fotos: Flea Market (Brooklyn)
 
Nueva York ofrece infinitas posibilidades que van mucho más allá de las rutas turísticas habituales. Le hemos pedido a algunos neoyorquinos de adopción que nos recomienden una ruta 'de andar por casa', con sus lugares favoritos de la ciudad un fin de semana.
 
Natalia del Rivero lleva doce años en Nueva York, llegó con dieciocho para estudiar diseño gráfico en Parsons y hace dos abrió su propio estudio. Ahora vive a caballo entre Nueva York y Los Ángeles, además de viajar a menudo al Caribe y México.
 
Su día empezaría con un paseo en bici hasta Abraço Coffee (86 E 7th St) donde pediría un café piccolo y un bizcocho de aceite de oliva. Ojo, solo sirven leche entera y se paga únicamente en efectivo. Tras esta recarga de energía se empaparía de arte en la 'milla de los museos' (Museum Mile): Guggenheim Museum, el Smithsonian Institute, Museo Nacional de Diseño, o el Neue Galerie, el museo de arte judío/europeo.
 
En este último haría una pausa en el Café Sabarsky donde transportarse a Viena y tomarse un café con nata servido en vaso de cristal sobre una bandeja de plata. Antes del almuerzo echaría  un vistazo a las galerías del barrio de Chelsea: David Zwirner, Gagosian, Barbara Gladstone, Danziger, Mary Boone o Paul Kasmin. Como el hambre no perdona, lo saciaría en Jack’s Wife Freda situado en el West Village (Carmine Street). No se puede reservar, pero merece la pena la espera. Es especialmente recomendable el té de menta casero.
 
Para Natalia la mejor forma de pasar la tarde sería de compras por el West Village/Soho hacia Tribeca y descansar tomando un cóctel en Grand Banks (Pier 25, Hudson River Park, N Moore St) mientras ve el atardecer sobre el río.
 
Nos propone dos planes de noche: cenar en The Eddy, en el East Village y tomar una copa en el Lovers of Today, o cenar en el Bistro Petit en Williamsburg, un restaurante de cocina francesa moderna con un toque asiático/coreano que cuenta únicamente con 10-12 plazas, y tomar una copa en Donna (Brooklyn).
 
Pepe Maza, llegó a la Gran Manzana hace apenas un año, tras pasar una temporada en Washington. Trabaja como abogado especializado en derecho internacional, aunque también escribe sobre música y conciertos en la revista Ruta 66.
 
Comenzaría su día haciendo jogging por el Waterfront de Brooklyn Heights y se tomaría un café, comprado en cualquier truck callejero, a vista de amanecer. Relajado y aseado, se dirigiría a Rough Trade, en Williamsburg, una tienda de discos en la que puedes comprar vinilos, jugar al ping-pong mientras te tomas una cerveza o escuchas un concierto.
 
Comería en A Friend of a Farmer, en Gramercy, donde tomaría uno de sus famosos Bloody Marys acompañado de un tartar de aguacate o cualquiera de sus impresionantes tortillas. Tras la imperdonable siesta, pasearía por el Lower East Side, en particular por Ludlow y Orchard. Allí, puedes husmear en sus tiendas de guitarras y ropa de segunda mano, además de encontrar las gafas que, según Pepe, son las más bonitas de todo Nueva York, en Moscot (inaugurada en 1915).
 
Para cenar, Balzem sin dudarlo, en el corazón de Nolita, donde tienen un 'flatbread' de trufa y setas de llorar, además de una carta de vinos decente y a precios razonables. Seguiría la noche rodeado de música escuchando un concierto en The Bell House (Brooklyn), y si se tercia, acudiría al Baby’s All Right, en Williamsburg, un local que cierra tarde. De madrugada, unos tacos de carnitas en el puesto callejero que está frente a su casa, en la Cuatro con la Primera Avenida.
 
Nuestro último cicerone, Neil, proviene de Los Ángeles y llegó a Nueva York para instalarse hace cinco años tras terminar la carrera de Derecho. Los tres primeros, los pasó en el corazón de la ciudad, en un piso con vistas al Central Park, pero más tarde decidió mudarse al Upper East Side, una zona más tranquila y con más luz ya que tiene restricciones a la hora de construir edificios de demasiada altura.
 
Su día comenzaría en Corner Bookstore (1313 Madison Avenue), una librería donde la gente acude a comprar y charlar con sus vecinos. Después, daría un largo paseo hasta el Midtown por la Quinta Avenida, un camino agradable flanqueado por árboles donde visitaría algún museo como el Cooper Hewitt, dedicado a la historia del diseño o el Metropolitan Museum of Art. Junto a la zona de museos, en la Quinta Avenida con la 89, no dudaría en acercarse a ese bonito café de reciente apertura llamado Heavenly Rest Stop by Bluestone Lane para degustar uno de sus platos favoritos, preparados al horno junto a un café bien cargado. Sin duda, un lugar con encanto ¡y terraza! ubicado dentro de una de las alas de una antigua iglesia frente a una de las entradas de Central Park.
 
Para aislarse del ruido, qué mejor que Aire Ancient Baths, (de una cadena sevillana de spas) en Tribeca y, más tarde, recuperar líquidos con 'los mejores cócteles de la ciudad' en Ma Pêche (Chambers Hotel, 15W 56th St). El Centro, en Novena con la 54 es una gran opción de cocina mexicana y después una copa a ritmo de música en directo en el Blue Note Jazz Club (131 W 3rd St), el Smalls Jazz Club (183W 10th St) o el Bitter End (147 Bleecker St).  
 

24 Hours Plan en NYC