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Luis Úrculo

Triunfar en casa

Por Ana Berruguete

La trayectoria de Luis Úrculo (Madrid, 1978) parece que ha ido sucediéndose a partir de retos hasta llegar a ser hoy uno de los artistas españoles emergentes con mayor proyección en la escena internacional. Vive en México, pero aprovechamos su visita a ARCOmadrid, donde ha repetido con la galería Max Estrella para charlar sobre su dulce momento.

Comenzó como arquitecto pero pronto supo ver que la dimensión espacial le interesaba desde otras perspectivas. Del cuadro a la instalación, al vídeo o a la performance, el artista recurre a todo tipo de soportes y disciplinas sin miramientos. 

Fue a través de tu galería mexicana que el Metropolitan de Nueva York adquirió una obra tuya en 2015 (el proyecto Reconstructions pt.1 & pt.2) ¿Qué ha supuesto para ti?

Fue increíble, la primera gran institución que decide apostar por mi trabajo y es el MET...Esto al menos te da un empujón para decirte que no andas muy despistado, pero tampoco te cambia la vida, más bien te anima a seguir luchando, a saltar más vallas.

La tuya es emigración escogida. Has expuesto recientemente en Chile, Dinamarca, México, Portugal y Argentina, además de participar en colectivas en EEUU y Japón. Y en abril expones en la galería Josée Bienvenu de Nueva York. ¿España es asignatura pendiente?

Si, España es compleja. Yo me fui hace cuatro años a México para intentar, desde lejos, deslocalizar mi origen y centrarme en mi trabajo de manera independiente. Esto ha generado un trabajo en diversos lugares del mundo, y ha sido el último año cuando he comenzado a trabajar con una galería española. La falta de un coleccionismo sólido en España tampoco ayuda. 

El dibujo sigue desarrollando un papel fundamental en tu trabajo.

Si, el dibujo es la base. Cualquier proyecto parte de mi cuaderno que es mi escritorio mental. Eso es lo que quizás puedo relacionar con mi formación como arquitecto, que aprendí a construir primero en papel, para luego cambiar a una mayor escala y traducir las líneas al espacio. En Arco también he presentado una obra de la serie Baja resolución, piezas tejidas en crochet, que desde hacía unos años no había vuelto a producir, pero he vuelto a esa serie. Son dibujos de línea negra, que muestran piezas arqueológicas, huesos, que para mí es el objeto-materia que ha unido la historia del mundo.

En cuanto a los materiales, son los que te vas encontrando a tu alrededor, de uso doméstico, que no dudas en hacerles transcender. ¿Cómo es tu relación con ellos?

Mi relación con lo doméstico ha sido el resultado quizás de la precariedad, de la necesidad de realizar proyectos, pero ante la falta de recursos utilizar lo más inmediato. 

Si tuvieras que ponerte un reto para este 2017, ¿Cuál sería?

Desconectar más del teléfono y estar más presente. Leer, dibujar, pasear. Socializar, pero en persona, no mediante emojis.

¿Y qué reto te apetecería proponer a los lectores?

Pues además de esto mismo, descubrir su ciudad, a pie, sin mapas y sin rumbo, como los situacionistas. Sin miedo al fracaso ni al caos.   

Reto Nº7: No temas al caos