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Gamificación. Tu vida como un juego

Cumplir un objetivo y ser recompensado por ello. Eso es la “gamificación”, el fenómeno en auge que ha convertido la dinámica de los (video)juegos en la más novedosa estrategia de comunicación. 

Superar obstáculos, conseguir superpoderes, utilizar un avatar, hacerse con un lote de monedas virtuales… todos estos elementos están en los videojuegos. Y todos ellos también figuran en las dinámicas sugeridas por la gamificación o ludificación. Consiste en el uso del pensamiento y la mecánica de los juegos en contextos ajenos a estos, con el fin de que las personas adopten ciertos comportamientos. “Se trata de diseñar experiencias memorables para el usuario”, explica Óscar García-Planella, uno de los mayores expertos nacionales en juegos y gamificación, amén de director del Máster en Gamificación y Narrativa Transmedia del IEBS. Con las técnicas de gamificación “no vamos a trabajar solo elementos de juego que de alguna manera programen a nuestros usuarios finales sino que les vamos a proponer que hagan cosas que sabemos que les gustan”. Puede animar a las personas a realizar tareas que normalmente se consideran aburridas, como completar encuestas, ir de compras, o leer páginas web. Utilizando los preceptos del diseño de videojuegos, adaptándolos al usuario, hacemos que el ámbito de aplicación del plan de comunicación sea más atractivo.

Es una potente estrategia para motivar a los jugadores a ingresar y permanecer en la actividad lúdica, consiste en otorgarles recompensas por logros conseguidos en sus desempeños, premios denominados ‘badges o insignias”. “Es el arte de hacer pasar un buen rato a alguien por el puro placer de hacerlo”, dice el experto; “en eso consiste el llamado diseño de juegos, pero en este caso se sustituye al jugador por un usuario”. No se trata sólo de una estrategia inspirada en los videojuegos, en su lógica, sino en “diseñar un juego, algo muy complicado, por otro lado; diseñar una estrategia en el plano emocional”. Por ejemplo, si utilizas la gamificación como plan en un negocio como un restaurante, “puedes hacer que los clientes, además de degustar y disfrutar de la comida se sientan especialmente cómodos. A lo mejor no saben bien por qué pero la música está al volumen adecuado, además es el grupo que les gusta, el color de las paredes es absolutamente perfecto, los camareros molestan solo lo justo… Cuando yo llego a ese restaurante en el que se está muy bien pero no sé por qué y no se debe solo a la comida. Este restaurante está “gamificado”, me cuenta una buena historia, tiene la estética que me gusta, plantea determinados retos que me hacen sentirme útil, tiene una cierta visibilidad…”.

Y es que la característica básica de los juegos es que cuentan buenas historias, ostentan esa cualidad por encima de cualquier otra. Mediante la lógica del juego, consigues comprometer de forma espontánea al usuario con esta historia. Los videojuegos proponen tramas tan elaboradas como las de ‘Beyond: Dos almas’, el juego que quiere ser una película. “Mucha gente piensa que no es un juego, sino una película”, recuerda García-Planella; “y no se equivocan: es cine interactivo, el usuario es capaz de incidir en la historia, funciona como uno de esos libros de ‘Elige tu propia aventura’. Si le das al usuario la oportunidad de incidir en la historia, estás fidelizando a tu audiencia con tu historia, la has gamificado”. Por otro lado, en el plano 2.0 el ejemplo más popular y evidente es el de Foursquare, la red social donde los usuarios obtienen logros por cumplir determinados objetivos de la aplicación, o la categoría de alcalde si son los visitantes más fieles de un lugar. El relato del juego es tan ubicuo y dúctil como quieras, es transmediático: surge del juego, sí, pero tiene sentido en cualquier contexto en el que se necesite contar una buena historia. 

Texto: Jaime Casas · Ilustración: Nuria Cuesta, Puedes ver esta imagen en 3D con las gafas que regalamos con el LIBRO AZUL DE LOS VIDEOJUEGOS, ¡estás a tiempo, busca tu ejemplar!

Gamificación. Tu vida como un juego.