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Fina y Segura., el musical. Foto: Luis Malibran

Fina y Segura

Fatal fenomenal

Déborah Izaguirre y Rocío García-Cano han llenado de fans las salas del circuito off por las que han actuado con Fina y Segura, el musical, una comedia que nació hace seis años como ejercicio de interpretación. Este mes hacen un homenaje compartido al desaparecido Carlos Rico en el espacio Garaje Lumière.

Hay personas cuya intervención se hace clave en el devenir de nuestras vidas. Déborah Izaguirre quería explorar el territorio del cabaré para desinhibirse y ahondar en su formación. Y encargó, allá por 2003, un texto a Juan Bey, quien sumó al proceso de escritura a su colega Tino Antelo. Serían ellos, directores también de la obra, los culpables de su encuentro con Rocío García-Cano. Las dos actrices, desde entonces amigas inseparables, han estado compaginando el montaje de la obra con otros trabajos de interpretación en teatro y televisión. “El cine no nos quiere”, bromea Déborah. “De momento”, apunta Rocío, que a pesar de su papel (hace de Fina) parece la más segura de las dos.
El off del off en el teatro va desde representar la obra en una cena de empresa en un hotel hasta en la salita de teatro de una guardería “con sillas de plástico para niños en las que se sentaban los mayores como podían. Fue una función mágica”, comentan. Pero la temática de la obra es cualquier cosa menos infantil: en una comisaría, denunciando el robo de sus respectivos bolsos, se encuentran Fina, una niña pija, y Segura, una prostituta. Aunque podría haber sido al revés. Los autores les propusieron hacer el  anticasting en la obra, que cada una representase el papel cuyo perfil le quedaba más lejos, algo obligado para poder exprimir el ejercicio. Es de suponer que,  por esta misma razón, hay una parte en la obra en que hacen varios personajes cambiando de uno a otro vertiginosamente.
Otra persona muy importante en sus vidas fue Carlos Rico, principal impulsor de Garaje Lumière, nuevo espacio para la creación inaugurado el mes pasado en Madrid y el lugar donde han estado representando la obra. De Rico, que falleció de forma inesperada recientemente, sólo caben elogios. “Era un hombre del Renacimiento y una persona maravillosa”, afirma Déborah, a quien Rocío se suma: “Sigue su legado. Hay una cosa suya que intento mantener, que para mí es una lección de vida: él intentaba interrelacionar a toda la gente que quería y que le parecía valiosa”. Una buena muestra de ello es el tributo que le rendirán el 25 de abril en Garaje Lumière. Junto a los compañeros y amigos que formaron parte del proyecto inicial, llevarán a cabo una lectura de la obra de Rico Aeropuerto Gutemberg, quien la creó, a su vez, como homenaje literario para el Día del libro. En ella, personajes de la literatura se encuentran en la sala de espera de un aeropuerto, una suerte de limbo, esperando partir.
Además, Déborah está de gira con El tiempo y los Conway, con la compañía de Juan Carlos Pérez de la Fuente, que en septiembre está previsto que llegue a Madrid, y Rocío actúa en España SL, obra de Emilio Williams, en el Lara, todos los sábados de abril.

Garaje Lumière. C/ Ciudad Real, 12. www.garajelumiere.com

Texto: Javier Agustí
Foto: Luis Malibrán · Estilismo: Itxaso Badell / Yolanda Faría · Peluquería y maquillaje: Maia Andersson.
Rocío (a la izda) lleva trench de Aigle, gafas Ray-Ban / Deborah lleva pantalón con tirantes Levi’s, body Jockey y zapatillas Converse.

Fina y Segura: Fatal fenomenal