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Para siempre tu swing, Cifu

Por Paloma F. Fidalgo

Hasta tal punto el jazz se ha quedado huérfano en España tras la muerte de Juan Claudio Cifuentes ('Cifu para todos vosotros, los amigos', según se presentaba él en sus programas), que no solo deja un vacío en miles de personas que conocieron a Telonius Monk, Charlie Parker o John Coltrane gracias a las interminables y sabias parrafadas de este parisino de nacimiento, que llegó a España, cuando su padre puso fin a un exilio provocado por el franquismo, con ganas de abrirnos las orejas a un género musical que aquí estaba condenado al oscurantismo. Esta muerte es aún más desoladora para un importante puñado de jazzistas españoles de altos vuelos, como Jorge Pardo, que encontraron en Cifu a uno de sus apoyos más tempranos y decisivos, o que directamente se formaron e informaron con él.

Y es que Cifu ha sido una figura clave para que el jazz esté hoy de moda en nuestro país. Para que nos hayamos animado a crear festivales que celebran el género, en varios de los cuales él ejercía de asesor. Y para que, en muchas ciudades, no falten locales consagrando su programación al sonido heredero de Benny Carter o Django Reinhardt. Nadie cuestiona, claro, que con o sin Cifu, esta música habría penetrado en igual medida en nuestros gustos melómanos. Pero, sin duda, él aceleró su popularización, con su arriesgada y decidida apuesta por los compases de Dizzy Gillespie, Jackie McLean o Dexter Gordon.

Batería frustrado, después de trabajar para la industria musical, allá por los años 70, se estrenó como locutor en Radio Popular, donde coincidió con algunos históricos de Radio 3: Manolo Fernández, Julio Ruiz, Jesús Ordovás… Después, transitó por varias emisoras antes de instalarse definitivamente en Radio Nacional, donde ha hecho doblete, hasta los últimos compases de su vida, en Radio Clásica y Radio 3, con sus legendarios programas Jazz Porque sí y A todo jazz, respectivamente.

Entre medias, alcanzó la fama en la pequeña pantalla (¡hasta lo parodiaron los Martes y 13!) con Jazz Entre Amigos, durante aquella época dorada en que la tele cuidaba a la música, incluso a la minoritaria, dedicándole programas de horas de duración, que combinaban conciertos en directo con entrevistas. Cifu también nos tradujo auténticas joyas bibliográficas como Los Grandes Creadores del Jazz, de los críticos franceses G. Arnauld y J. Chesnel, y escribió infinidad de fascículos y discos compactos. Dio conferencias y recibió reconocimientos como el Premio Ondas 2011, la Medalla de Oro de Bellas Artes e innumerables homenajes como el que, desde El Duende, tuvimos el placer de dedicarle como parte de la organización de 'Havana 7. Historias que cuentan'.

No será fácil acostumbrarse a trasnochar los lunes y miércoles, y a la hora de comer de los fines de semana, sin Cifu entrando en casa a través de las ondas, a pincharnos a los grandes clásicos del jazz, el terreno en el que decidió especializarse y permanecer incluso cuando algunos le reclamaron ampliar su divulgación a sonidos más modernos. Había (y hay) otros espacios para eso, lo de Cifu era el sonido clásico. Hará falta mucha vida para acostumbrarse a esta muerte, la de un tipo entrañable, cariñoso, alegre y admirablemente humilde. Este duelo tiene ese sonido a despedida que brotaba de la voz de Billie Holiday. 'Besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples', concluía invariablemente Cifu sus programas. Para siempre tu swing, amigo.  

Para siempre tu swing, Cifu