David Muñoz es una declaración de intenciones. Una coctel equilibrado de honestidad, hedonismo y provocación. Responde rápido y proyecta la idea de seguridad absoluta pese a que vive en un permanente experimento sensorial. Su último reto: revolucionar el universo líquido junto a Beefeater. Introducir Londres en una copa y explotar los cinco sentidos en cada trago. Esta semana se formalizó la unión en un legendario sex shop. 'En la buena gastronomía está la seducción y disfrute del cuerpo. Un sex shop es pura poesía. El lugar perfecto'.
El concepto era puro rock. Oscuridad, humo, rojo neón, bajos fondos londinenses, cabaret, sugestión y desinhibición. Rosas comestibles colgadas del techo con sabor a ruibardo y jengibre; desproporcionadas copas XXL estilo Roger Rabbit con Beefeater, vinagre de coco, pomelo, lemongrass y camarones fritos de Cádiz; Kobe tostado agridulce con ajo negro japonés o corteza de cerdo con nube de cerezas y algodón de botánicas de ginebra. No se le ha resistido ningún ingrediente y sobre su cabeza sobrevuela un cóctel con sabor a pato pekinés. ¿Quién dijo NO a la cocina líquida con alcohol? Seguiremos informando…