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MAD ICONS. José no es un hombre común
 
Por Rubén Arribas / Ilustración Nuria Cuesta / Fotografía de A. Van Stokkum
 
Algo irrumpe en la calle. Un resplandor de luces, una bicicleta venida del pasado que desafía al futuro, un hombre iluminado de gran bigote gris y cabellera blanca, como blanco es su parpadeante traje ajustado de corte country y su sombrero de anchas alas de cowboy. Las personas se arremolinan. Un pequeño acontecimiento entre el sordo bullicio y deambular de personas que hace tiempo que cedieron a la presión ejercida por una ciudad con afán de normalizarlo todo.
 
No estamos en Las Vegas sino en el centro de Madrid y no estoy hablando de Joe Buck en Cowboy de Medianoche seduciendo a mujeres maduras en Manhattan, sino de José recorriendo la Cava Baja, La Plaza Mayor o Chueca.  José no es un hombre común. Vino de Toledo hace 43 años cuando tenía 21 y ahora tiene tres hijos. Tiene solo un ojo pero ha visto pasar Madrid ante su mirada, porque si algo ha aprendido en la calle es a observar. Una mirada lo cuenta todo.
 
Las hay perdidas, pero solo hay que comprenderlas, no existen las personas malas. Lo dice un cum laude de la vida en la calle. En tantos años y entre tantas personas ha sentido el declive de una ciudad, donde ha ganado la desconfianza, la tristeza, el miedo, el gris al color, la sombra a las luces. José, un día, quiso hacer algo que no hiciera nadie. Todo su universo luminiscente lo ha diseñado él mismo, la bicicleta, el vestuario, el merchandasing que vende o el singular personaje, que apenas difiere de la persona. Le gusta decir que lo que hace él no es comercial para los chinos, por lo que se ha quitado a medio mundo como competencia.
 
Se toma su trabajo muy en serio, le dedica su corazón y su alma. Todo lo hace por una sola cosa, tan sencilla como auténtica: sacar una sonrisa, una sonrisa para todos los públicos. También a los ancianos solitarios o a los que están tirados en la calle, algo que, recuerda, le puede pasar mañana a cualquiera. Se define como una persona muy sencilla, aunque todo el mundo le diga que es famoso. No en vano le podemos ver en la gran pantalla en Kiki, el amor se hace, de Paco León; en Bar, la que será la nueva película de Alex de La Iglesia; en The Promise, la nueva de Christian Bale o en un videoclip de Fuel Fandango. 
 
José es otro madrileño que vive con pasión y pone destellos de luz a una ciudad mal iluminada. Porque la sombra no es otra cosa que la luz que no vemos. Porque ya lo decía Victor Hugo, en los ojos de un joven arde la llama y en los de un viejo, brilla la luz. O así es como debería ser. Un Madrid donde los iconos sean sus gentes y no sus fantasmas.

★MADICONS★ José