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Nº 178: EL LIBRO DE LA COCTELERÍA

Andrea Bottesi, 

Artesanía, espirituosos y espíritus 

Por María Segade

Andrea Bottesi no es un creador de herramientas de coctelería al uso. Su miedo a la muerte y al Más Allá le inspira para crear sus piezas. Tiene fans con su logo tatuado por todo el mundo.

Supongamos que entras en un bar y te sientas en uno de los taburetes pegados a la barra. Pides un cóctel, y te preparas para ver como lo elaboran como si emitieran tu serie favorita. El barman saca su arsenal. Sirve la mezcla con un colador de la Parca, le da un par de vueltas con una cuchara calavera y al hielo le estampa el sello de un murciélago. Para rematar, le hace un dibujito de canela espolvoreada con la forma del pentáculo invertido. ¿Te beberías el producto de semejante ritual? Si eres gallego y te has criado entre ‘curuxas’ y ‘queimadas’ te entrará solo como medicina. Sin embargo, estas herramientas de barman que comercializa Andrea Bottesi no son para todos los gustos.  Desde hace cinco años, Bottesi vive de sus diseños de inspiración oscura, que proceden de sus propios miedos. “Principalmente a la muerte, como buen occidental”, dice. En vez de huir de ellos los ha convertido en su profesión, transformándolos en originales piezas de coleccionista. Andrea se confiesa “tímido” como para que aparezca su foto en una revista. También nos cuenta que ha nacido en Irán en el siglo VI a.C. Si los genios son excéntricos, estamos frente a uno.

¿Cómo pasas del diseño de joyería a hacer piezas de coctelería de autor? Miguel Ángel Jiménez (barman del Florida) me encargó un colador, y poco a poco fui fabricando más piezas.

¿Qué significa tu logo? Nació de entrelazar dos letras B. Al principio fabricaba solo maletas y bolsas de cuero artesanas, de ahí Bottesi Bag. Ese logo tiene en la parte superior dos cuernos que recuerdan a Dioniso o Pan y, si eres de Occidente, al adversario.

Defines tus diseños como de inspiración oscura. El tema de lo macabro se basa en mis propios miedos. Todos tenemos miedo, nuestra cultura lo ve como algo negativo. Esto siempre me ha intrigado y fascinado. En otra época, como la victoriana, la muerte estaba más normalizada. Se visitaban cementerios, osarios… La muerte nos iguala y me gusta reafirmar esas ideas en mis piezas. Tras esto, es normal que esté soltero.

Tu principal público es extranjero. ¿En España la coctelería es más conservadora? Casi todos mis clientes están en EEUU o RU porque su mercado coctelero es enorme. En España está creciendo todavía pero no es conservador. Se fija en otros países para ver las tendencias y emularlas, mejorarlas o adaptarlas.

¿Qué te comentan de tus piezas? Normalmente los elogios y las críticas no los escucho. Fabrico lo que me gusta, y tengo la suerte de que se vende. 

¿Cuánto tardas en lanzar una de tus piezas? Depende. Para los coladores en acero unos tres meses, o incluso en algunos seis años.

¿Influyen las herramientas en el sabor del cóctel? Más o menos. Un colador más tupido crea una espuma más densa y quita pedazos de hielo que aguan el cóctel. Estoy empezando a fabricar coladores en plata porque la barrera de plata no rebaja la temperatura del agitado al servirlo.

¿Te ves en el otro lado como barman? Fui barman en el 1862 Dry Bar, y en Santos y Desamparados. Pero no estoy hecho para eso.

Dices que ‘Masterchef’ desprestigia el trabajo de los cocineros. ¿La hostelería debería restringirse? ¿No te parece que hay mucha gilipollez? ‘Masterchef’, ‘Cake and Bake’, ‘Smoothie Talent’…Quizás soy de los que piensan que para desempeñar un trabajo deberías haber estudiado para él. Talento podemos tener todos, pero hay que formarse. Si amas una profesión y no la estudias es una falta de respeto para los que sí lo han hecho. ‘Masterchef’ no democratiza la cocina, enseña que cualquiera sin estudios y con la promoción de la tele puede llegar a situarse.

¿A qué pieza le tienes más cariño? La Santa Muerte fue un colador del que fabriqué solo cinco unidades para mí, porque pensaba que no gustaría. Se agotaron en siete minutos.

Has logrado que tus seguidores se tatúen tu logo. En un viaje a Londres surgió la broma. Estudiamos ofertar que si alguien se lo tatuaba recibiría coladores gratis de por vida. Ahora existen sesenta personas en el mundo con el logo en la piel. Aún siguen apareciendo candidatos.

¿Qué tienes ahora mismo entre manos? En breve lanzaré piezas de joyería y nuevos productos para el mundo de la restauración.

 

LIBRO DE LA COCTELERÍA CREATIVA: Andrea Bottesi, artesanía, espirituosos y espíritus