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  • ENTREVISTA
  • Faustin Linyekula, la danza como revolución
  • Por Andrés Castaño

Hablar con alguien que elabora su discurso pausadamente y desde el cambio, el avance, el compromiso y el encuentro. Así es una charla con el coreógrafo congoleño Faustin Linyekula. Visita por primera vez Madrid con su compañía Studio Bamako. Su pieza clásica Sur les traces de Dinozord podrá verse en la sala Negra de los Teatros del Canal los días 30, 31 de octubre y el 1 de noviembre. 

“Mi trabajo lo hago para conocer gente. Desarrollo creaciones para no estar solo. Para mí ese encuentro, esa exploración puede ser muy fructífera: puede llevarnos de un camino a otro. Se trata de explorar sobre nuestra propia historia, nuestra propia experiencia de la humanidad, para después encontrar otro camino que nos va a permitir ampliar y enriquecer nuestro recorrido”, nos explica telefónicamente Linyekula.

La cultura como motor vital
“Continúo haciendo lo que hago, porque entiendo la cultura -como el arte-, como ese espacio para mirarnos de frente. Para tener el coraje, el valor de mirar nuestros miedos, nuestras dudas, y de construir nuestras alegrías y nuestra felicidad. Mediante el arte podemos mirar a todo de frente. E intentar reinventarnos. Es un espacio en el que desplegamos ese esfuerzo de imaginación para reinventarnos cada vez. Y es un espacio esencial, especialmente para la gente que vive situaciones muy sensibles y muy duras”.

Influencias artísticas
“Nos construimos al hilo de un encuentro. Y desde luego mi primer encuentro importante en mi vida ha sido la lectura de poesía, la de Aimé Césaire, con 14 años. Al principio no entendía mucho, pero luego entré de lleno. Después llegó otro poeta y pensador de Martinica, que se llama Édouard Glissant, en el pensamiento de las palabras de una manera muy profunda. También está el poeta y ensayista sirio, Ali Ahmad Sais Esber, al que todo el mundo conoce como Adonis. Nunca he visto espectáculos suyos en vivo, pero todo lo que he leído han sido muy importantes para mí en la manera de bailar el escenario y de pensar el mundo, Después también está el gran artista polaco Tadeusz Kantor. O al realizador y creador senegalés Djibril Diop Mambety, y su relación con África a través de la imagen me toca especialmente”.

La poesía
“¿Entendemos por poesía un poema que respeta cierta forma? No necesariamente. Porque podemos hacer poesía con el cuerpo, o incluyendo el cuerpo y el sonido conjuntamente. Podemos llegar a alguna parte que puede proponer un espacio poético. Y que no pasa por las palabras, sino que se trata de buscar ese espacio poético de otra manera. A veces sí tengo necesidad de palabras”.

Sur les traces…
“La pieza trataba de contar mi vuelta a mi ciudad Kinsangana, después de haber vivido en Kinshasa. Se trataba de recuperar a mis amigos, algunos estaban muertos y otros en prisión. De regresar y hacer el duelo. Decir adiós a algo que ya no existe más, arreglar algo. Por eso hay extractos de cantos de aquella pieza (Dinozord), que se cantan. Pero luego quería ser justo, y además de enterrar esas cosas quería inventar otras cosas para que algo comenzase. Así que invité por primera vez en 2006 a un joven bailarín que se llamaba Dinozord, y después de estar de becario y de cuerpo de baile quise que la pieza girara en un diálogo con él. Para contar esos cambios de mi vida y en mi ciudad, ver a la vez un futuro y al mismo tiempo para decirnos cómo podemos avanzar”.

El colonialismo
“Pienso en Aimé Césaire que decía que ‘el colonialismo no ha sido nunca un encuentro, porque un encuentro supone que reconocemos la humanidad del otro’. Mientras que el colonialismo ha sido la negación de la humanidad del otro. Nos han impuesto su humanidad y quieren que también defina nuestra propia humanidad. Superar ese pasado colonialista no se va a hacer por sí solo. Tenemos que mirar el pasado, y analizarlo fríamente. Que cada uno tome su responsabilidad en relación a esa catástrofe. Muchos países europeos se comportan como si el colonialismo no hubiera existido. En Europa ahora muchas personas se preguntan qué vienen a hacer aquí los africanos. Hace años los europeos querían hacernos a nosotros europeos. Así que deberían asumir la violencia y el saqueo, y ver qué podemos hacer con todo eso”.

 

 

ENTREVISTA: Faustin Linyekula, la danza como revolución