<
>

Memoralia. Foto: Juan Serrano Corbella.

Memoralia
IDEA BUENA: Contar las vidas de cualquier persona o institución.

Puesta en marcha por Jorge Escohotado y David Cánovas; en: Madrid. Inicio de actividad: 2008. www.todavidamerecesercontada.com

De la muerte también pueden nacer cosas. Jorge Escohotado se dedicaba a escribir obituarios en el diario El Mundo cuando un buen día se le ocurrió la idea que cambiaría su vida: democratizar las necrológicas. “Me di cuenta de que sólo escribía sobre personajes célebres cuando en realidad creo que toda historia tiene algo que merece ser contado”, comenta Escohotado. En principio la intención era escribir la biografía de cualquier persona fallecida. Pero pronto se alejaron de la muerte para ofrecer sus servicios a los que todavía se encontraban a este lado. “Actualmente sólo el diez por ciento de los pedidos son póstumos, la mayoría de la gente nos llama para solicitarnos su propia biografía”, aclara Cánovas. No se quedaron ahí y continuaron abriendo el abanico: “Ahora no sólo trabajamos la memoria humana, sino también la institucional”, continúa Escohotado. Así han conseguido trabajar con varios colegios de médicos de España o tener un acuerdo de colaboración con Caixa Catalunya, que ofrecía a sus clientes una biografía personal conjuntamente con sus depósitos. “Cuando empezamos con la empresa no sabía que el mercado te va marcando el futuro, tú tienes una idea inicial pero esa idea va a evolucionar hasta un punto que no habrías podido imaginar”. En este tiempo han recogido cientos de historias apasionantes con protagonistas como un banquero, un carnicero, un médico o un albañil. También han escrito sobre regimientos militares o edificios emblemáticos, sobre empresas que están de aniversario e incluso sobre la efímera existencia de un perro o la historia de un simple barco. Cualquiera puede acercarse y, a partir de 400 euros, solicitar que su vida sea escrita por un biógrafo profesional y quede así una prueba ‘inmortal’ de sus andanzas, que tendrá una distribución exclusivamente privada entre los familiares y amigos.

Memoralia ha seguido creciendo y encaran uno de sus proyectos más emotivos, el del periodismo paliativo. “Una mujer nos llamó porque quería hacer la biografía de su padre, que padecía principios de Alzheimer”, cuentan. De esta forma están regresando de nuevo a la idea original, “acercarse al lecho de muerte” y ofrecer sus servicios a personas con enfermedades terminales. Aunque esto todavía es una idea en ciernes. Lo que sí han llevado a cabo es el proyecto ‘talleres de memoria’, por el cual visitan residencias de ancianos y recogen la historia viva de tantas personas que tienen algo que contar. Cánovas lo describe con una frase: “profesionalizamos las batallitas del abuelo”.

Muchas de las ideas que han procesado se quedaron en el tintero y otras han perdurado, como sucede con su servicio audiovisual, por el que ofrecen la grabación de un documental en el que incluyen declaraciones de los allegados del protagonista. Multitud de proyectos que se pueden resumir en uno solo: perdurar. “El 80 por ciento de la gente no sabe nada sobre ninguno de sus bisabuelos, nosotros estamos ofreciendo escribirte un libro con el que tus nietos aprenderán a leer”, sentencia Escohotado.

Texto: Nacho Urquijo / Foto: Juan Serrano Corbella.

Memoralia. Idea buena: contar las vidas de cualquier persona o institución