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Cicloteatro. El sillín como butaca

El Cicloteatro es un insólito experimento de teatro itinerante que ha echado a rodar el mexicano Hermés Damián en tándem con Sanchis Sinisterra y su Nuevo Teatro Fronterizo. Consiste en ubicar cada una de las escenas de una obra en distintas plazas y calles, para que actores y público se desplacen a pedales de unas a otras.

La primera de estas recomendables funciones tuvo lugar el pasado abril en Lavapiés, con la comedia Para merecer una estatua. En julio está prevista una cada sábado, “y tengo la loca idea de convocar un flashmob cicloteatrero”, anuncia Damián.

¿Cómo se te ocurrió la idea del Cicloteatro? Uniendo mis dos pasiones:el teatro y la bicicleta. Soy ciclista urbano desde hace muchos años y llevo casi los mismos haciendo teatro. En Madrid llevo cinco y he vivido el crecimiento del uso de la bicicleta en la ciudad. Me ha llamado la atención que este crecimiento no está acompañado por el interés de las autoridades en fomentar la creación de infraestructuras.

¿La obra tiene, pues, algo de reivindicativo? Sí, pero sobre todo es una reconsideración del hecho escénico, ya que el espectador se convierte en parte del espectáculo, y a su vez es espectáculo para el transeúnte, que se vuelve un espectador accidental. Este tipo de teatro también requiere un tipo de dramaturgia específica. Y es un tanto impredecible.

 ¿Y alguien que no sepa montar en bici, se pierde la función? No, porque el Ciclo Teatro está pensado para ir a una velocidad baja y considera también la presencia de espectadores de a pie, así como patinadores y deportistas que se muevan con vehículos de ruedas. Eso sí, ¡prohibidos los motores!

La primera de las experiencias de Cicloteatro fue una comedia. ¿Está el formato abierto a cualquier género? Sí. Además, yo no creo en los géneros puros.

¿Qué cara te puso Sanchis Sinisterra la primera vez que le propusiste el proyecto y a raíz de la exitosa primera experiencia? Le encantó la idea desde el principio. El Nuevo Teatro Fronterizo es un centro de investigación teatral que busca compromisos ideológicos, estilísticos y sociales, y el Ciclo Teatro le encajaba en esa línea de exploración de teatro y sociedad. Una vez representado, el montaje y el aparato escénico le gustaron mucho, al igual que los actores. El texto, como es natural en todos los dramaturgos, le parece mejorable. A mí me parece genial y una suerte tener tan cerca la presencia y asesoría de alguien como José Sanchis. Garantiza una alta calidad en el resultado.

¿Hay algún equivalente a Sanchis Sinisterra por México que deberíamos conocer aquí? Está Jesús González Dávila, Óscar Liera, Víctor Hugo Rascón Banda y, de mi quinta, Hugo Abraham Wirt o Edgar Chias.

¿Tú crees que al Gobierno español le gusta el teatro? No lo suele ver como una necesidad cultural sino como un objeto de lujo al cual hay que gravar constantemente y poner dificultades varias porque presuponen que todo el mundo tiene mucho dinero para su ocio, educación salud, etc.

¿Y le gustan las bicis? Yo creo que sobre todo el Ayuntamiento de Madrid odia las bicis. Nos considera una especie de ciclo terroristas que tenemos la osadía de estorbar el tránsito de los frágiles y ecológicos coches que rara vez se ven por las calles de la ciudad. Además, de nuestra parte no les repercuten grandes ganancias en combustibles, ni requerimos infraestructuras millonarias de donde puedan generar ingresos. Vamos que somos muy poco beneficiosos al no requerir tanto hormigón ni combustible. Llevamos años reclamando mayores infraestructuras de carriles bici por la ciudad. Existe un plan maestro donde hicieron promesas para una red de carriles bici desde hace años. Fue demagogia. Han salido con mil excusas poniendo la del costo como la principal. Se han hecho estudios por parte de colectivos ciclistas y el coste es ínfimo. La Asociación Pedalibre es uno de los bastiones en esta lucha.

¿Esto es igual en México? Allí el problema es la gran dimensión de la ciudad, pero veo mucho más interés de las autoridades en Ciudad de México que en Madrid. Terminará siendo una necesidad real de transporte debido a la sobrepoblación de la ciudad y el desbordado parque vehicular. La ciudad está desbordada, y la neurosis del conductor del Distrito Federal vuelve peligrosa la circulación de los ciclistas, que también son cada vez más.

¿Qué otras cosas deberíamos aprender en España de México? Los dos países tienen mucho que aprender el uno del otro.Pero, hablando de algo diferente a la bicicleta, no recuerdo una sola época donde en México no haya habido crisis y la gente se busca la forma de salir.En Méxicola gente es más crítica políticamente, en España veo que de pronto cierta gente es poco crítica con los partidos, estos tienen sus votantes leales independientemente de las gracias que hagan. Y en España siento que vivimos una desesperación muy grande, pero me duele escuchar a varios amigos cuya solución siempre es vámonos a otro país, haya las cosas están mejor. Es verdad que hay que buscar la mejoría en nuestras vidas. Pero también extremar la búsqueda de soluciones.

¿Qué rutas a pedales nos recomiendas por Madrid? Me gusta mucho pasear por la Casa de Campo, por El Pardo, y me gusta ir hacia Aranjuez entrando por el Parque Lineal del Sur. También La Dehesa de la Villa es una ruta muy bonita. Tengo mi grupo de ciclo amiguetes, con ellos hago rutas temáticas por la ciudad llevando la bicicleta. Madrid tiene una combinación maravillosa de sitios culturales importantes y parques preciosos que se pueden combinar estupendamente con la bicicleta. Se puede agradecer a esta crisis que la necesidad ha lanzado a mucha gente a coger la bicicleta, ya que el transporte público cada vez está más prohibitivo.

¿Y qué tiendas/locales? Tiendas, Calmera y una tiendecita pequeña que se llama La bicicletería y está en el Pasillo Verde. Ah, y mis amigos de calle Embajadores que tienen un proyecto precioso de taller donde tú te puedes reparar tus cosas y ellos te ayudan o asesoran, así como te venden piezas. Se llama Fixi dixi.

Cicloteatro. Todos los sábados de julio. Más información, www.nuevoteatrofronterizo.es

Texto: Inés Granha

Cicloteatro, todos los sábados de julio