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Diego Vasallo

Rumbo adentro 
 
Por Paloma F. Fidalgo. Foto ©Ajø Fernández
 
Tras seis años de silencio, con los paréntesis de un poemario (2011) y una gira de Duncan Dhu este verano, Diego Vasallo vuelve con un libro de poemas y obra gráfica, Al margen de los días (Ed. Harpo), cuyos cuadros se expondrán a partir del 28 de octubre en la galería Modus Operandi, y nuevo disco: Baladas para un autorretrato (Subterfuge), que está incluido en el libro. 
 
El aliento atormentado de su anterior trabajo musical, Canciones en ruinas (2010), y de las reflexiones de su poemario previo, Canciones que no fueron (2011), deja paso ahora a un diario 'en verso totalmente libre', describe el artista, que, más que historias, contiene sensaciones, 'un viaje alrededor de mis días introspectivo, donde buceo en estados de ánimo, recuerdos. Es todo autobiográfico, no sé escribir ficción'.
 
Un tono intimista que ha favorecido que pase mucho tiempo en su taller de pintura, 'con más soledad y un ritmo radicalmente distinto al de un estudio de grabación', y del que salen las obras que acompañan estos versos, oscuras 'tal vez porque cada vez me gustan más los paisajistas del Romanticismo'. También sus temporadas en Menorca lo han llevado a estos poemas desnudos y melancólicos. 'Allí he encontrado mi refugio, y últimamente me interesa muchísimo la canción menorquina, es una especie de canción napolitana muy mediterránea'. 
 
Sobre nuestro ritmo de vida opina que 'falta reflexión, dedicarle el tiempo que necesitan a las cosas'. Por ejemplo, veo demasiada información y, en la industria musical, hay un afán por consumir novedades que hace que todo sea bastante efímero'. Contra ello se revela en los temas de Baladas para un autorretrato, con un sonido continuista respecto al que cultiva desde mediados de los 90, ya lejos del pop de Duncan Dhu ('acabé harto del grupo, como hoy lo estoy de algunos de mis álbumes en solitario, pero creo que ahora, cuando los 80 están de nuevo de moda, tocamos mejor que nunca'), y del tecno de su Cabaret Pop.
 
Un sonido mezclado y no agitado de influencia de canción francesa, rock de los setenta, canción hispanoamericana, tango, bossa nova y folk, para su voz rasposa a lo Tom Waits 'y a lo Bob Dylan, que creo que está en su mejor momento. El registro bajo te proporciona cercanía', añade. 
 
Sobre la poesía opina que se está creando un colectivo de poetas underground muy potente, que recita y gusta', explica en relación con Carlos Salem, Marcus Versus, Irene X…  Y no duda en separar la poesía de las letras: 'Son dos cosas distintas, las canciones requieren fraseo, conseguir la palabra perfecta para una entonación, un ritmo, un sonido… Y son difíciles de hacer. Una canción no es mejor por ser más profunda, sino por conseguir la cohesión adecuada. Ya lo demostró Enrique Urquijo'.  
 
Sus recomendaciones
Sus librerías favoritas: 'la Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes o Tipos Infames', y las exposiciones de la Juan March (en esta, próximamente: “Escuchar con los ojos. Arte Sonoro en España 1946-2016”, del 14 de oct. al 15 de ene.)
 

Diego Vasallo. Rumbo adentro