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Life and Death of Marina Abramovic. Foto Lucie Jansch Manchester International Festival

Robert Wilson

Cátedra escénica

El nombre de Robert Wilson (Texas, 1941) se pronuncia con devoción en los escenarios de todo el mundo. Llega al Teatro Real, por segunda vez esta temporada, conVida y muerte de Marina Abramovic, "una obra con pretensión de ser emotiva que recorre la prolífica trayectoria de esta performer", ha dicho. La protagonizan la propia artista y Willem Dafoe. La música es de Antony Hegarty.

La experimentación, la calma y la sofisticación lumínica componen el catecismo escénico de Wilson, que también se dedica a las artes plásticas. Muchas de las más de sesenta piezas que ha dirigido se han salido de lo convencional, por ejemplo KA MOUNTain and GUARDenia Terrace, que se representó en una colina iraní con una duración de siete días. Entre sus próximos proyectos, una exposición en el Louvre, una gira con su mítica Einstein on the Beach y el diseño de un parque en Helsinki.

¿Qué se siente al ser una figura fundamental del teatro de hoy? Es halagador que a uno le reconozcan su trabajo. Pero no me gusta mucho la fama. Quiero permanecer en mi esfera privada, no vivir en un escaparate.

Usted lidera la corriente escenográfica Teatro de las imágenes, cuyas atmósferas se basan en las nuevas tecnologías. ¿Ahí está el futuro del teatro? En realidad, las posibilidades del teatro son infinitas. Se puede hacer danza en una bañera o se puede montar una ópera en un teatro moderno que te obligue a manejar todo tipo de recursos tecnológicos. A mí me interesan ambas cosas. Por ejemplo, en mi montaje KA MOUNTain and GUARDenia Terrace no utilicé nuevas tecnologías, la iluminación la conseguí con fuego. Y había momentos de silencio en los que solo se escuchaban los sonidos del entorno, como ladridos de perros, viento...

Levantó esa pieza en un monte de Irán. ¿Escenarios de este tipo atraen e involucran especialmente al público? Sí. Hubo escenas realmente íntimas.

Soy el genio de la lámpara, le concedo el deseo de montar una obra en el lugar que quiera ... Tristan e Isolde en la Casa Blanca...

... y de exponer donde le venga en gana sus Voom Potraits, retratos animados de personajes públicos como Winona Ryder o Carolina de Mónaco... En las villas Dogon (Mali).

¿Cuál es su teatro favorito? El Teatro La Fenice (Venecia).

¿Qué opina del Teatro Real? Es un lugar maravilloso, una gran mezcla de tradición, de algo nuevo y algo viejo.

Ordene estos elementos según su importancia en una representación: luz, palabras, silencio. Son todos importantes, cada uno tiene un papel muy activo con su propio ritmo. Aunque la luz es esencial para dar unidad al conjunto, para mí es el elemento primario. Sin luz no hay escena.

Le preguntaba por el lenguaje porque a veces la expresión de sus intérpretes recuerda a la de los sordomudos. ¿Será influencia de su trabajo con niños con discapacidades psíquicas? Trabajé con niños que supuestamente tenían trastornos de aprendizaje. Pero, a menudo, aunque un niño sufra dificultades para aprender ciertos conceptos, puede asimilar otros sin problema. A mí nunca me han interesado las terapias, lo que quiero es alentar a los individuos a ser ellos mismos y apoyar lo que los hace singulares.

Pero, ¿los actores deberían preocuparse más por el lenguaje corporal que por el verbal? Solo hay un lenguaje, el lenguaje es único. Y necesitamos entenderlo para desarrollarlo. Lo aprendemos practicándolo.

¿El arte debe estar comprometido socialmente? No debe, pero puede. El mío lo está.

¿Y un artista debe hacer preguntas u ofrecer respuestas? Hacer preguntas. Las respuestas las ofrecen los filósofos.

Sus obras se caracterizan por su larga duración. ¿Hay que ser realista en el desarrollo de la trama? Sí, aunque últimamente tiendo a la artificialidad temporal, a ampliar o manipular los tiempos.

Recientemente trajo a Madrid un Pelléas et Mélisande que reflejaba su interés por la estética oriental. Me interesa porque sus espacios y sus contenidos están más desahogados, conceden más tiempo a la reflexión que nosotros. La cultura y el arte orientales reflexionan sobre lo que son. Y siempre hay múltiples respuestas posibles. Uno puede analizar su trabajo de muchas maneras a la vez.

Vida y muerte de Marina Abramovic. Teatro Real (Pza. Isabel II, s/n). Del 11 al 22 de abril.

Texto: Paloma F. Fidalgo

Robert Wilson y la vida de Marina Abramovic