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Javier Puebla (1958)

Fue agregado comercial en Dakar. Le gustan los duendes y los tigres; su personaje más célebre es Arturo Briz, alias Tigre Manjatan. Para escribir sin ataduras deja de dormir. Es profesor de escritura creativa. Ha hecho sus pinitos en el cine. Tiene un curioso record: es el único autor que ha escrito un cuento cada día durante un año, pero más que los records o ser recordado le interesa el buen vivir.

Cadáver exquisito. Ilustración: Nuria Cuesta


Te han sugerido que sigues el método teatral de Grotowski para escribir. Confiesa, ¿cuántos días no has dormido para poder escribir tu fragmento de relato? Perdí la cuenta cuando se me acabaron los dedos de las manos. Luego me quedé dormido, y cuando desperté el fragmento del relato -era de temer- ya estaba escrito.
La diplomacia, ya que no evita las guerras, ¿para qué sirve?
Como profesión: para conocer mundo, creerte que eres un ser especial, vivir en sitios raros, manejar billetes extraños, conocer mujeres de ojos rasgados, ser acribillado por mosquitos, volar en aviones inseguros... y también sirve para hacer buenos amigos y educados enemigos.
Dices que tu sombrero te hace “invisible”. ¿Tienes otros superpoderes?
No exageremos, no tengo superpoderes, sólo tengo Poderes, ni siquiera tan espectaculares como los de mi personaje Joaquín Extremo.
Se da la casualidad que tus dos compañeros en este relato en tres partes son seguidores del Real Madrid. ¿Es para ti este dato de alguna relevancia?
La verdad es que no. En deportes, como en política, yo elegiría como compañeros a los más adecuados y aptos; nunca me han interesado los bandos ni los equipos.
Para ti la vida es un juego, la disfrutas cuanto puedes. ¿Cuál es tu juego preferido?
El primero es inconfensable, el segundo es inconfesable, el tercero es pasear, el cuarto es inconfensable, el quinto es escribir y el sexto... sería largo de contar, querido amigo.
Me gusta una frase tuya en la que dices que “si se posee facilidad excesiva para algo resulta inevitable acabar despreciándolo". En tu propio caso, ¿qué sería?
También es inconfensable. No quiero ofender a quienes se dedican a ello con tremendo esfuerzo y resultados variables.
¿Por qué no quieres publicar toda esa poesía que tienes anotada?
No hay prisa, y da igual. Escribo mucho, me gusta, no quiero rentabilizarlo todo. Publicaré más poemas, supongo. Aunque me gustaría hacerlo bajo el nombre de Alberto Delgado.
¿Quién tiene más alter ego, Pessoa o tú?
Pessoa tiene más, pero yo tengo menos. Dices que “en años de crisis lo mejor es invertir en el alma”. ¿A cuánto está la acción de la tuya? La acción siempre está en el movimiento.
Compraste más de mil ejemplares de Sonríe delgado a Planeta y los vendiste uno a uno. En iberlibro.com he visto que hay disponibles 10 ejemplares de segunda mano. ¿Hacemos buen negocio si los compramos todos?
Sin la menor duda. Tardé catorce años en dejar el libro tal como ahora es, y hace poco lo volví a releer y no ha pasado por él ni un segundo. No es inmodestia ni optimismo: es un libro que garantizo.
Dices que las mejores frases son las que se piensan pero no se escriben, como por ejemplo...
(acabo de pensar una buenísima, te habría encantado)
Los médicos dicen que es necesario hacer ejercicio y una dieta equilibrada, además de que es malo fumar y beber alcohol. ¿Por qué crees que no se preocupan del número de horas que vemos televisión?
Cuando los laboratorios se lo indiquen ya se preocuparan, tranquilo.
Opinas que el que prohíban algo te incita a hacerlo más aún, o con más ganas”¿Qué te gustaría que prohibiesen?
El día que me nombren presidente del gobierno te lo digo.
¿Qué te gustaría que estuviese en peligro de extinción?
Me gusta que los tigres estén -o estemos- en peligro de extinción. Es un estímulo.
¿Cuáles son tus autores, obras y personajes del género negro, en literatura y cine, preferidos?
Higsmith y su Ripley, Chandler, Jim Thompson, Walter Mosley, John Houston, los Coen... muchos; cualquiera que sea un auténtico creador.
¿Cuánto se parece la vida real al género negro?
De noche... todo. De día, no sé: yo duermo.
Al final, ¿qué es mejor, llevarse a la chica o el botín del robo al banco? Que la chica se lleve el botín, lo traiga a casa. Hay que disparar al cielo para llegar al menos hasta el ático del edificio.

Entrevista a Javier Puebla